Y a su familia les he recordado:
LA PRIMERA COMUNIÓN DE LOS NIÑOS ES UNA GRAN FIESTA FAMILIAR Y PARROQUIAL QUE DEBE SER:
PREPARADA
Con alegría. Disponiendo el vestido, la comida, los regalos y el corazón. Olvidar rencores y recordar los felices años de la niñez. Disculpar los roces y saber pedir perdón. Pensar que Dios nos quiere y nos espera, aunque nos hayamos descuidado en el trato con Él. Rezar con el corazón las oraciones que aprendimos de niños. Si nos parece oportuno, reconciliarnos con Dios, confesando nuestros pecados, para recibir la Comunión. Animando a los niños a que cuiden los ensayos y pongan mucha atención.
BIEN VIVIDA
Con calma, sin nerviosismo, con fe y mucha alegría. Poniendo todo el cariño, el respeto y la atención en la Misa, en la que los niños son protagonistas, junto a Jesús, amigo oculto y cercano. Pedir a los familiares que asistan a la misa, que guarden silencio, tengan respeto y participen también con atención.
Y RECORDADA
Con fotografías, conversaciones y memoria interior. Valorándola, como una vivencia importante, digna de ser continuada. Revivirla con frecuencia, sabiendo que la comunión no es sólo para una vez, sino, como la amistad, para todo momento importante.
Especialmente en la Fiesta final de la catequesis, el viernes 29 de mayo a las 7 de la tarde: Nos reuniremos en la iglesia y bajaremos rezando y cantando hasta la ermita de Santa Eufemia, tendremos un breve acto y culminaremos compartiendo unos dulces.
Y en la Fiesta del Corpus el Domingo 7 de junio: A las 12 h participación en la Misa de todos los niños de Primera Comunión y seguidamente procesión por las Calles con el Santísimo Sacramento, al que los niños obsequian con pétalos de rosas que arrojan a su paso y en los altares. Llevar una cestita o bolsa con pétalos.
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