“El verdadero desafío no es prohibir sino educar”
El uso excesivo de videojuegos puede crear dependencia. Y esta vez no son los padres y educadores preocupados por los videojuegos y los jóvenes a denunciarlo, sino directamente la Organización Mundial de la Salud que ha incluido el trastorno del juego en la undécima edición del manual diagnóstico International Classification of Diseases (ICD). Citado en la sección “trastornos debidos a comportamientos de dependencia”, el uso compulsivo de videojuegos es considerado una ludopatía, a la par que el juego de azar u otras dependencias ya clasificadas, como la droga y el alcohol. La nueva versión del manual será publicada a mitad de 2018 (veinte años después de la precedente, publicada en los años 90). De todos modos, el documento está ya disponible online desde principios de enero en la web de la OMS.
¿Qué es el trastorno del juego? El informe define el trastorno del juego como “un tipo de comportamiento lúdico (‘juego digital’ o ‘videojuego’) caracterizado por un dominio del juego sobre el jugador, por la creciente precedencia dada al juego sobre otras actividades e intereses cotidianos, y por la persistencia en la conducta no obstante las patentes consecuencias negativas”. Y además, “para que el trastorno del juego sea diagnosticado, el comportamiento −se precisa− debe ser suficientemente severo como para causar un deterioro significativo en los ámbitos personal, familiar, social, educativo, laboral y haberse hecho manifiesto por al menos 12 meses”.
La clasificación internacional de las enfermedades (ICD) representa la base para la identificación de las tendencias y de las estadísticas sanitarias a nivel global y, al mismo tiempo, actúa como estándar internacional para la señalación de enfermedades, un punto de referencia para médicos e investigadores de todo el mundo a la hora de diagnosticar y clasificar las condiciones de salud de los pacientes.

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