En los últimos años se han formado clubs que promueven el naturismo como estilo de vida: ir desnudo todo el día (incluidos los órganos genitales), vivir una dieta respetuosa con la naturaleza, andar descalzo…
Naturismo se emplea a menudo en español como sinónimo de nudismo: “Actitud o práctica de quienes sostienen que la desnudez completa es conveniente para un perfecto equilibrio físico e incluso moral”, dice el diccionario de la RAE. En la red social Periscope, asociada a Twitter, varios grupos naturistas emiten a diario vídeos en los que aparecen miembros del grupo desnudos paseándose en lugares públicos: parques, calles peatonales… en medio de otros ciudadanos que van vestidos.
¿De verdad puede ser positivo el naturismo como estilo de vida?
1. Efectivamente, se puede decir que la desnudez es natural en el sentido de que la persona nace desnuda. Pero no todo lo que hace un recién nacido es lo mejor para todas las etapas de vida humana: de hecho, enseguida se le viste porque el vestido tiene un sentido de protección. Lo mismo ocurre con la alimentación: se pasa de la lactancia materna al siguiente estadio. Y ese cambio es lo natural.
2. Además, no todas las cosas naturales las hacemos siempre y en cualquier entorno. Hay momentos para la alimentación, momentos para hacer deporte, momentos para dormir… ¿Vamos al baño en la calle y en la presencia de otras personas? ¿Dormiríamos con cualquiera? La respuesta es no, porque no todo lo natural quiere decir siempre y con cualquier ser humano.
Hay, además, un argumento más fuerte que nos dice que el naturismo no es tan positivo como lo pintan.
3. El naturismo parte de la idea de que la persona es inocente, buena al cien por cien. Su alma es pura y su mirada también. Pero sabemos que esto no es así, por propia experiencia. Lo decía Rousseau: el hombre es bueno por naturaleza. Resulta que no. La naturaleza humana es imperfecta. Nacemos con un defecto (llámenlo pecado original o como quieran) que hace que los actos humanos no sean perfectos y absolutamente puros. De eso todas las personas tenemos experiencia.
La mirada no es inocente al cien por cien. En nuestra naturaleza, nuestros sentidos no responden con perfección. La mirada y el tacto, en este caso, no pueden permanecer ajenos a la sensualidad y a la cosificación de aquello que vemos y tocamos.
Pensar que un grupo de personas naturistas se va a encontrar y se van a mirar entre ellos con ojos puros es pretender que somos seres angelicales. Sería una ingenuidad. De ahí que todos estamos de acuerdo en la hermosura del cuerpo humano, todos valoramos la anatomía, pero no podemos estar de acuerdo en que la vida en sociedad ha de ser en desnudez.
Respetamos y valoramos más a las otras personas cuando esa primera mirada se encuentra con alguien vestido, al que entonces queremos conocer mejor a través del diálogo (de la palabra) y de las acciones.
Encontrarle los valores positivos. Habrá que preguntarse, quizá, por qué a una persona le atrae el naturismo y encontrar puntos de conexión: el amor a la naturaleza, la añoranza de cierto candor en la sociedad, la buena voluntad, el antimaterialismo…
Publicar un comentario