Que soy crítico con Cáritas, lo saben. Cáritas me parece una extraordinaria institución con una labor del todo encomiable en favor de las personas económica y socialmente más desfavorecidas. Llevo toda mi vida de sacerdote trabajando y colaborando con Cáritas.
¿Entonces cuál es el problema? El problema que un servidor ve en Cáritas, es la impresión de que, siendo el mejor escaparate de la Iglesia hoy, nos dé como una cierta vergüenza mostrarnos como creyentes y nos sintamos más cómodos como una ONG más. Insisto, impresiones. Desde luego un servidor quisiera campañas de Cáritas mucho más directamente confesionales.
¿En qué me baso para eso? Pues, por ejemplo, en las distintas campañas que se lanzan, donde lo específicamente católico está como desparecido, sin más referencia en ocasiones a la Iglesia que un mínimo logotipo de Cáritas al pie del cartel. Pueden, por ejemplo, visitar las galerías con los carteles históricos de algunas de sus campañas como, por ejemplo, el Día de Caridad o la Campaña de las personas sin hogar. Sigo pensando, es mi particularísima opinión, que falta confesionalidad.
Acabamos de conocer el cambio en la secretaría general de Cáritas Española. Tras ocho años en el cargo, lo deja Sebastián Mora, un secretario general que, si bien se defendió con bastante dignidad dentro de la casa, no podemos decir lo mismo fuera de ella. Le sustituye Natalia Peiro Pérez, que desde 2015 venía desempeñando la dirección del Área de Comunicación, Sensibilización e Incidencia. Pues a ver qué tal va la cosa, porque de Natalia han dependido campañas y materiales, y últimamente han tenido sonoros patinazos, entre los cuales encontrarte con materiales propios de Cáritas sin una referencia, ni una sola, a Dios, Cristo, la Iglesia, sin una sola palabra de la Escritura, sin un solo texto de la doctrina social de la Iglesia. Esto no puede ser.
Y sin embargo, es. No parece de recibo que un cuadernillo que edita Cáritas, con doce páginas, explicando el problema de las personas sin hogar, por ejemplo, y que se reparte ampliamente en parroquias y fuera de ellas, no tenga más referencia que la declaración universal de los derechos humanos. Ni nombrar una sola vez a Dios, a Cristo, a la Iglesia. Sin ofrecer una sola frase de lo que la Iglesia afirma en su doctrina social. Pueden comprobarlo.
Dicho esto, me agrada comprobar que el cartel de Navidad de Cáritas Madrid de esta campaña de 2017 sea un cartel específicamente católico, con cita bíblica y todo. Fantástico, y que por ahí sigan las cosas. Por cierto, me consta el esfuerzo de Cáritas Madrid por su especificidad católica y cómo incluso en ocasiones se ha desmarcado de Cáritas española justo por ser de verdas católica. Gracias a los que habéis luchado por ello, porque estas cosas encima no se suelen agradecer.
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