Enseñar a mirar
Algo profundo y sutil está cambiando en la percepción de la sexualidad de las adolescentes americanas. Así lo ponen de manifiesto sendos libros recientemente publicados: American Girls, de Nancy Jo Sales, y Girls & Sex, de Peggy Orenstein.
Estos estudios, basados en entrevistas con chicas adolescentes, detectan que cientos de miles de chicas viven su sexualidad sometidas a lo que demandan las redes sociales, a lo que propone la pornografía y a lo que satisface a los hombres.
En un mundo hipertecnológico e hipervisual son en especial las chicas las que tienen que pagar un fuerte tributo a la apariencia, que en la adolescencia comienza a ser cuantificable mediante los consabidos “me gusta” en las redes sociales. Para Nancy Jo Sales, esa constante búsqueda de la aceptación y el halago de los demás genera una tensión semejante a la de un concurso de belleza inacabable.
En un mundo saturado de imágenes, que focaliza toda la atención en las apariencias, la chicas afrontan el duro trabajo de tener que estar a la altura, una altura que se mide entre el no ser una mojigata y no parecer “sedienta” sexualmente. El concepto que ha acuñado la sociedad de la imagen para expresar este imposible término medio es el de “sexy”, un ideal buscado a cualquier precio, demasiado alto casi siempre.
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