Ujué Rodríguez
Hoy, en nuestra peregrinación virtual, dejaremos la Bélgica de entreguerras - en la que han transcurrido las dos últimas etapas - para llegar a la Holanda a punto de ser liberada de la ocupación nazi, a finales de la Segunda Guerra Mundial. Allí, en Ámsterdam, visitaremos a Nuestra Señora de Todos los Pueblos.
El 25 de marzo de 1945, la holandesa Ida Peerdeman, recibió la primera de un total de 56 visitas de la Virgen María que tuvieron lugar entre los años 1945 y 1959.
Estas apariciones fueron acompañadas de varios mensajes, entre los que destacan la invitación de la Virgen a difundir una imagen suya sobre un globo terráqueo, con una cruz detrás y una cinta alrededor de su cintura, rodeada de ovejas y con tres rayos saliendo de sus manos, que simbolizan la Gracia de Dios Padre, la Redención de Dios Hijo y la Paz, de Dios Espíritu Santo, así como su advocación como Señora de todos los Pueblos.
Desde su primera aparición, el 25 de marzo de 1945, la Madre de Dios habló de “su oración” (que aún no se conocía) y de que debía ser divulgada. Seis años después, durante un viaje a Alemania, el 11 de febrero de 1951, la vidente oyó la oración que le causó una profunda impresión.
«Señor Jesucristo, Hijo del Padre, manda ahora tu Espíritu sobre la Tierra. Haz que el Espíritu Santo habite en el corazón de todos los pueblos, para que sean preservados de la corrupción de las calamidades y de la guerra. Que la Señora de Todos los Pueblos, la Santísima Virgen María, sea Nuestra Abogada
Amen».
En otra de las apariciones se dio a conocer como la «Corredentora, Mediadora y Abogada».
Tras 50 años de investigación exhaustiva, el 31 de mayo de 2002, las apariciones de "La Señora de todos los Pueblos" recibieron la aprobación eclesiástica oficial y el reconocimiento de su origen sobrenatural, por el Obispo de la Diócesis de Haarlem en Holanda.
Si en la etapa anterior veíamos a Nuestra Madre del Cielo como una poderosa intercesora, hoy se nos manifiesta como Corredentora, Mediadora y Abogada. ¡Qué no hará por nosotros, sus hijos, si acudimos a Ella con confianza!
Postrémonos pues, hoy, ante la que es hija predilecta de Dios Padre, Madre admirable de Dios Hijo y fiel esposa de Dios Espíritu Santo, y pidámosle, como Ella misma nos sugirió, que nos acerque la Gracia, los frutos de la Redención, y la Paz.
Gracias.
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