Las redes se han hecho eco de que los obispos franceses han cambiado una línea del padrenuestro. 1.400 sermones en audio son los que hay en mi sermonario. Pero, si no me falla la memoria, no tengo ninguno sobre el padrenuestro. ¿Por qué he evitado predicar sobre este asunto? Pues porque su texto canónico bicéfalo (hay dos versiones) alberga dificultades exegéticas que requerirían no poco tiempo por mi parte para resolver las mismas dudas que yo no he logrado resolver.
Hago aquí propósito de tocar el tema mañana y quizá pasado mañana, sin extenderme más allá de unos cuatro o cinco párrafos. También hago propósito de no criticar a nadie y centrarme en la cuestión exegética. El tema de la desnudez de Noé es un tema muy meditado en mi vida y no descarto que sea que el que más mérito me va proporcionar en la Jerusalén Celeste.
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