El Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros fue confesor de la Reina Isabel la Católica, arzobispo Primado de Toledo, Inquisidor General, Cardenal, Reformador de la Iglesia en España, estadista y regente de España en dos ocasiones distintas y mecenas cultural.
Murió hace justamente 500 años, el 8 de noviembre de 1517, a los 81 años de edad, en el pueblo burgalés de Roa, cuando se encaminaba a Valladolid (había salido de Madrid a primeros de agosto) para encontrarse, y cederle el poder, como regente de España, con el Rey Carlos, nieto de los Reyes católicos y futuro Emperador de Alemania. La muerte del cardenal frustró ese encuentro, que no era querido y que fue muy retrasado, por los consejeros no españoles del Rey.
Su proceso de Beatificación del gran Cardenal no llegó a termino por diversas circunstancias agenas a la propia causa, pero su heróica vida y profunda virtud sigue siendo muy destacada, siendo una pena que se desconozca y se olvide. Ojalá que este aniversario recupere su memoria y vuelva a valorarse su gran talla.
El libro de José Palomares puede ayudar en esta empresa, pues está muy documentado y se lee con gusto. Me está marávillando la grandeza de este gran reformador y pastor de la Iglesia, sobre todo su contraste con Lutero, de cuya ruptura con la Iglesia Católica se celebra también este año el 500 aniversario.
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