Nuestro sencillo monumento. Acabado hace apenas unos minutos.
Estos días sin tiempo para nada. Pero no quiero dejar que pasen sin enviar un fuerte abrazo a todos.
Esta mañana he rezado laudes con los sacerdotes de mi vicaría y hemos desayunado juntos. La mañana se ha ido después en preparar todo. Gracias a los laicos, en esta ocasión hermanos de la recién creada hermandad del Santisimo y Virgen de los Dolores, que se han dejado el alma en ayudar y colaborar. Ahora queda iniciar el triduo pascual con la misa “in coena Domini", que presidirá mi compañero. Estamos juntos, estamos unidos como sacerdotes celebrando los misterios del Señor en estos días. Tanto monta, monta tanto. Dos compañeros celebrando con nuestra gente en un barrio donde apenas hay coches aparcados. ¿Qué importa?
Que la gracia de Cristo se derrama abundantemente sobre vosotros en estos días, para que muertos al pecado viviamos siempre en la luz del Señor.
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