Martirologio romano: San Luis María Grignion de Montfort, un sacerdote, que caminó por las regiones occidentales de Francia, predicando y proclamando el misterio de la Sabiduría eterna. Fundó la Congregación de las Hijas de la Sabiduría y los Misioneros de la Compañía de María, hoy conocidos como monfortianos. Predicó y escribió sobre la cruz de Cristo y la verdadera devoción a la Santísima Virgen María y, luego de convertir a muchos a una vida de penitencia; pone fin a su peregrinación terrenal en el pueblo de Saint-Laurent-sur-Sevre en Francia. (+1716 dC)
Louis-Marie Grignon de Montfort, (Montfort-sur-Meu, 31 de enero de 1673- Saint-Laurent-sur-Sèvre, 28 de abril de 1716) conocido también como el Padre de Montfort, fue un teólogo, sacerdote misionero y escritor francés, miembro de la Iglesia Católica, canonizado San Luis de Montfort en 1947. Su pensamiento teológico ha influenciado en el desarrollo de la doctrina mariológica contemporánea.
Louis-Marie Grignon de Montfort, (Montfort-sur-Meu, 31 de enero de 1673- Saint-Laurent-sur-Sèvre, 28 de abril de 1716) conocido también como el Padre de Montfort, fue un teólogo, sacerdote misionero y escritor francés, miembro de la Iglesia Católica, canonizado San Luis de Montfort en 1947. Su pensamiento teológico ha influenciado en el desarrollo de la doctrina mariológica contemporánea.
Nace el 31 de enero de 1673 en Montfort-la-Cane (hoy Montfort-sur-Meu), cerca de Rennes, en la Bretaña francesa. Sus padres fueron: Jean-Baptiste Grignion, un abogado que trabajaba en el tribunal de Montfort, y Jeanne Robert. Es el segundo hijo de este matrimonio, pero llega a ser el hijo mayor debido a la muerte de su hermano a la edad de 4 meses. Fue bautizado al segundo día de nacido, con el nombre de Luis; su segundo nombre lo tomará en la Confirmación.
De formación jesuita, tras su ordenación ejerció con éxito como predicador en el oeste de Francia, zona muy azotada por la violencia de las guerras de religión y forzada al catolicismo tras la expulsión de los hugonotes; fue nombrado Misionero Apostólico para Francia por el papa Clemente XI en 1705. Con anterioridad, en 1703, fundó junto con Marie-Louise Trichet, la congregación femenina Hijas de la Sabiduría. Tras su muerte, su labor misionera influyó en el desarrollo de la Compañía de María, convertida en la congregación de los Padres Montfortinos, y en la Congrégation enseignante des Frères du Saint-Esprit, posteriormente conocida como Hermanos de San Gabriel.
Morirá en 1716, habiendo realizado en tan corta carrera cantidad de misiones populares, echado los cimientos de dos congregaciones religiosas (que no llegó a ver en vida), restaurado templos de la Virgen ruinosos o abandonados y, sobre todo, arrancando las almas de las garras del jansenismo para devolverlas al amor ardiente de Dios, mediante la contemplación tierna de Jesús Crucificado y la verdadera devoción a María Santísima.
El jansenismo apartaba a las almas de la intimidad con Dios, de la relación sencilla y confiada característica del espíritu de filiación que es fruto del Espíritu Santo y la presencia de María en la vida del cristiano, acentuando en forma desmedida la Majestad y Santidad Infinita de Dios y nuestra indignidad.
Luis María Grignion de Montfort reacciona con santa violencia ante el estrago que semejante postura causaba dentro de la Iglesia en ese momento, y ante la difusión de una falsa sabiduría en el ambiente intelectual cristiano, que desdibuja la radicalidad del Evangelio y huye del Camino de la Cruz.
Tanto en sus misiones populares como en sus escritos, planta firmemente a Cristo Crucificado (cumbre de la verdadera sabiduría, la sabiduría Divina), y la devoción a María como medio insustituible y necesario para que Cristo se forme realmente en cada alma bautizada.
Su obra literaria comprende numerosos cánticos populares de temática religiosa. Su Traité de la vraie dévotion à la Vierge, donde expresa las revelaciones que tuvo sobre la práctica de la Consagración a Jesucristo por medio de la Virgen María, fue impreso en el siglo XIX y conoció una amplia difusión, sirviendo de inspiración para otras comunidades cristianas. Beatificado en 1888, en 1947 fue canonizado por Pío XII.
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