Tengo un amigo que me dice que se informa de las noticias de Iglesia en internet, e incluso que es lector habitual de algunos blogs, pero que se limita a eso, sin pararse nunca en los comentarios a noticias y entradas de blogueros.
Se pierde lo mejor. Noticias hay que pueden generar decenas y hasta centenas de comentarios. Entradas de blog que reciben multitud de observaciones en forma de comentarios que completan, matizan, sugieren, o sacan sus posibles conclusiones.
Los comentarios a noticias y entradas de blogueros tienen la ventaja y la desventaja de ser anónimos para el gran público. Desventaja porque amparándose en el anonimato, se pueden soltar las mayores barbaridades. Ventaja porque justamente por no ser necesario dejar el nombre completo, la gente se puede expresar con total libertad.
Los curas y de ahí para arriba, a veces pisamos una realidad imaginaria que nos fabricamos con los cercanos, creyéndonos que eso es lo que todo el mundo cree y piensa. Pues bien, eso que te piensas tan perfecto, lo sueltas en internet y dejas abierta posibilidad de comentar tus grandes ideas, y, mira por dónde, lo mismo recibes más palos que una estera y lo que tú te creías la esencia de la vida pastoral resulta que para muchos de tus lectores no deja de ser una chorrada y de las gordas, y a lo mejor puesta en interrogante anteriormente cuando menos por dos papas y un sínodo, que la gente hila muy fino.
Voy a poner un ejemplo de ayer mismo. En un medio digital encontramos destacada una noticia que lleva por título “Incautan 20.000 euros “de origen dudoso” al cardenal Müller, según Bild”. Merece la pena, y mucho, leerse todos los comentarios. Porque los hay que afirman que el papa quiere hacer limpieza económica caiga quien caiga, y viva Francisco, y los hay que se malician una jugada para minar el prestigio de Müller y propiciar su cambio al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
O el imponente montaje audiovisual que se pudo ver el pasado martes en la fachada de San Pedro con motivo de la apertura del Año Santo de la Misericordia. Una maravilla de luz y sonido que nos mostró la belleza de la creación como regalo de Dios siguiendo la encíclica Laudato si, o un disparate que siendo el día de la Inmaculada ni una imagen de la Virgen. Para todos los gustos. Es lo que dice la gente.
Pero me da igual esto que cualquier otra cosa y en cualquier medio digital. Me pasa cada día. Escribes de lo que crees más aséptico y unos te dan la razón, otros te insultan, aquél ve intenciones aviesas, y ese otro un recadito a alguien que ni se te había ocurrido. Pero espabilas y te das cuenta de que lo que tú crees la maravilla de las maravillas no lo es tanto, y si no te lo dicen a la cara es porque no siempre la gente se atreve ni tiene ganas de problemas.
Los medios digitales de información religiosa cada día ofrecen noticias, comentarios, artículos. Los hay que nos suscitan la más mínima reacción. Otros, por el contrario, se convierten en fuente inagotable de aportaciones de los lectores que desean plasmar lo que tal asunto les sugiere para bien o para mal. Hay que leerse los comentarios, que aunque sean de un anónimo aparente –y digo aparente porque los autores de blogs y artículos sí conocemos al menos la dirección de mail y la IP de quien escribe- ayudan a situarse un poco en la realidad.
Por ejemplo, verán que pronto me sitúan a mí por este post.
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