“Se acerca vuestra liberación”
El Señor anuncia en el Evangelio el final de todo cuanto ahora nos atrae, nos embriaga y nos seduce, advirtiéndonos: “Tened cuidado: no se os embote el mente con el vicio, la bebida y la preocupación del dinero, y se os eche encima de repente aquel día”.
¡Cómo debiéramos agradecer esta advertencia! Porque nuestra liberación no está en el vicio, sino en frutos de la santidad. “Todos estos frutos buenos de nuestra naturaleza y de nuestra diligencia, tras haberlos propagado por la tierra en el Espíritu del Señor y según su mandato, los encontraremos después de nuevo, limpios de toda mancha, iluminados y transfigurados cuando Cristo entregue al Padre el reino eterno y universal. Dios será entonces todo en todos, en la vida eterna” (Catecismo, nº 1050).
Merece la pena que la Navidad, por su alegría y sencillez, sea el anticipo de la felicidad eterna que esperamos ¡A prepararla bien durante este Adviento!
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