Si queremos estar felices con María, escuchemos como ella la Palabra de Dios. Tenemos la suerte de contar con esta querida Parroquia de la Asunción, que nos ofrece esa palabra divina con abundancia: en la predicación, en la catequesis. Escuchémosla con afecto y abramos a ella nuestro corazón ¡lo rejuvenecerá y lo preparará para el encuentro feliz con María, un día, en el cielo!
Y para contar con la Gracia divina, como María, recibamos con gratitud y bien preparados, también en la Parroquia, los sacramentos. Así cambiará nuestra vida y podremos cambiar el mundo. Con ayuda de María ¡se puede! Que así sea.
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