Provienen de dos de los países más devastados del planeta. También son dos de los más peligrosos para los cristianos. Participaron en el Meeting de Riminiorganizado por Comunión y Liberación donde hablaron de cómo los cristianos de Oriente Medio se están convirtiendo en los mártires de este siglo.
El padre Douglas Al-Bazi es párroco en Erbil, Irak. En su iglesia se refugiaron los miles de cristianos que huyeron de Mosul y de la llanura del Nínive tras la invasión del Estado Islámico. Explica con contundencia la situación que están viviendo.
P. DOUGLAS AL-BAZI
Párroco Mar Eillia, (Irak)
"Quien piense todavía que el Estado Islámico no representa el Islam, se equivoca. Lo representan al 100 por ciento. Es cierto que alguien puede decir: "Pero aquí los musulmanes son buenos”. Sí, son buenos aquí. Allí son asesinos”.
Ha visto a miles de personas huir sin nada de la amenaza yihadista. Dice que queno se puede hablar de una guerra en Irak. Lo que sucede en su país tiene otro nombre.
P. DOUGLAS AL-BAZI
Párroco Mar Eillia, (Irak)
"Lo que está pasando ahora a mi pueblo es un genocidio. Os suplico que no llaméis guerra a lo que pasa en mi país. Es un genocidio”.
Siria e Irak comparten el mismo cáncer, el Estado Islámico. El padre Ibrahim Alsabagh es párroco en Alepo, una de las ciudades más castigadas por la guerra.
P. IBRAHIM ALSABAGH
Párroco, San Francisco de Asís (Alepo)
"Parece que estamos en el libro del Apocalipsis que yo medito casi cada día. Porque para nosotros los cristianos de Oriente Medio, hablo en especial de Alepo, aquello es como estar en el ambiente del Apocalipsis”.
Decenas de grupos de milicianos se reparten una ciudad en la que quedan pocos edificios en pie y donde conseguir alimentos básicos, agua o medicinas es un auténtico lujo.
P. IBRAHIM ALSABAGH
Párroco, San Francisco de Asís (Alepo)
"Es muy difícil comer carne, muy difícil pensar en beber leche, comer queso o mantequilla. No se consigue”. FLASH "Desde hace un mes y medio no hay agua. Además algunos yihadistas controlan las tuberías por las que llega el agua a la ciudad y la tiran al río para que nadie se la beba”.
Estas condiciones de vida están vaciando Siria de cristianos. Explica que, lógicamente, es difícil convencerlos de que permanezcan en el país. Aún así, dice que su testimonio es fuerte porque hunde sus raíces en la misma tierra donde nació el cristianismo.
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