La liturgia diaria meditada - He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo (Jn 1,29-34) - 03/01



Miercoles 03 de Enero de 2018
Misa a elección:

Feria. Blanco.
El Santísimo Nombre de Jesús. 
Memoria libre. Blanco

El nombre Jesús es la transcripción latina del hebreo “Yehoshuá” que significa “Dios es ayuda”. Este bendito Nombre, invocado por los fieles desde los comienzos de la Iglesia, comenzó a ser venerado en las celebraciones litúrgicas en el siglo XIV. San Bernardino de Siena y sus discípulos propagaron este culto. Como fiesta litúrgica fue introducida en el siglo XVI.

Antífona de entrada         Flp 2, 10-11
Al nombre de Jesús toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra y en los abismos; y toda lengua proclame que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Oración colecta    
Dios nuestro, que realizaste la salvación de los hombres por la encarnación del Verbo; concede a tu pueblo la misericordia que imploramos, para que todos reconozcan que no hay otro nombre que deba ser invocado, sino el de Jesús, tu Hijo unigénito. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Al presentar los dones de tu generosidad, te pedimos, Señor, nos concedas la fortaleza que procede del nombre salvador de Cristo, obediente hasta la muerte. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

Antífona de comunión       Sal. 8, 2
Señor, nuestro Dios, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Oración después de la comunión
Hemos celebrado este sacrificio en honor del nombre de Cristo; te pedimos, Padre, la gracia de alegrarnos porque nuestros nombres están escritos en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Lectura        1Jn 2, 29—3, 6
Lectura de la primera carta de san Juan.
Hijos míos: Si ustedes saben que Dios es justo, sepan también que todo el que practica la justicia ha nacido de él. ¡Miren cómo nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente. Si el mundo no nos reconoce, es porque no lo ha reconocido a él. Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y lo que seremos no se ha manifestado todavía. Sabemos que cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. El que tiene esta esperanza en él, se purifica, así como él es puro. El que comete el pecado comete también la iniquidad, porque el pecado es la iniquidad. Pero ustedes saben que él se manifestó para quitar los pecados, y que él no tiene pecado. El que permanece en él, no peca, y el que peca no lo ha visto ni lo ha conocido.
Palabra de Dios.

Comentario

Nuestra condición de hijos e hijas tiene como fuente el amor de Dios. El “mundo” es la realidad del pecado que se opone al amor de Dios. No nos sorprendamos si somos objeto del rechazo del mundo que, con su egoísmo, no puede vivir el amor de Dios. Sigamos amando, que es la única manera de transformar el mundo.



Salmo 97, 1. 3c-6
R. ¡El Señor manifestó su victoria!

Canten al Señor un canto nuevo, 
porque él hizo maravillas: 
su mano derecha y su santo brazo 
le obtuvieron la victoria. R.

Los confines de la tierra han contemplado 
el triunfo de nuestro Dios. 
Aclame al Señor toda la tierra, 
prorrumpan en cantos jubilosos. R.

Canten al Señor con el arpa 
y al son de instrumentos musicales; 
con clarines y sonidos de trompeta 
aclamen al Señor, que es Rey. R.

Aleluya        Jn 1, 14. 12
Aleluya. La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. A todos los que la recibieron les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Aleluya.

Evangelio     Jn 1, 29-34

Del santo Evangelio según san Juan 1, 29-34
En aquel tiempo, vio Juan el Bautista a Jesús venir hacia él y dice: «He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es por quien yo dije: Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel». Y Juan dio testimonio diciendo: «He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre él. Y yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: "Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo." Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Elegido de Dios.
Palabra del Señor.

Comentario

Dos veces dice Juan “yo no lo conocía”. Y entonces testimonia que es el Espíritu Santo el que le ha hecho conocer quién es Jesús. Sería bueno que también cada uno de nosotros ahondemos en este tipo de conocimiento, que no se agota en poder enunciar quién es Jesús sino que nos plantea algo mucho más profundo: quién es Jesús para mí.


Oración introductoria
Cordero de Dios, quita mi pecado y hazme digno de poder tener un diálogo de amor contigo en este tiempo de oración. Te amo, pero no soy digno porque no he sido fiel a tu gracia, por eso envía tu Espíritu Santo para que me ayude a amarte como Tú me amas. 

Petición
Padre Santo, dame la gracia de experimentar tu presencia en esta oración.

Meditación

Hoy, este fragmento del Evangelio de san Juan nos adentra de lleno en la dimensión testimonial que le es propia. Es testigo la persona que comparece para declarar la identidad de alguien. Pues bien, Juan se nos presenta como el profeta por excelencia, que afirma la centralidad de Jesús.

En el Evangelio de hoy, se nos presenta dos tipos de bautismo: el bautismo del agua impartido por Juan y la nueva forma del bautismo que instituirá Jesucristo.

El rito del bautismo de Juan está lleno de significado. La persona que se acercaba a Juan para ser bautizada se preparaba para este momento tan importante. La entrada en el lago y la inmersión en el agua tenía el significado de dejar sumergida la vida pasada e iniciar una nueva vida. Era una muestra de conversión por la cual salía del agua dispuesto a cambiar en su forma de ser en la vida cotidiana y en su relación con Dios. El bautismo con agua será la preparación para recibir el nuevo bautismo del que habla Juan cuando Jesús fue a bautizarse, el bautismo proveniente del Espíritu Santo. Tenemos referencia de este tipo de bautismo en los Hechos de los Apóstoles cuando Pedro habla a los judíos de convertirse y hacerse bautizar por el Espíritu Santo.

El bautismo que será instituido por Jesucristo también hace referencia a una nueva vida. En este caso, a la persona bautizada se le abren las puertas a una nueva vida en el seno de la Iglesia al borrar el pecado original. Por ello pertenece al grupo de los sacramentos que hoy llamamos de Iniciación. Porque con él se inicia el camino para poder recibir todos los demás sacramentos. La práctica de bautizar por sumersión ya no se practica hoy en día, sin embargo, durante mucho tiempo se conservó en algunas iglesias un baptisterio en el cual se bajaba por una escalera a un lugar oscuro y después de ser bautizado subía de nuevo a la luz, manteniendo el simbolismo como en el bautismo del Jordán.

Propósito
Recordar que en nuestro Bautizo Dios nos dijo estas palabras al hacernos sus hijos: "Este es mi hijo muy amado..." Y cada día nos acompaña como Padre bueno.

Diálogo con Cristo
Señor Jesús, para tenerte como compañero de mi vida necesito conocerte más, de manera directa, en la Eucaristía, en el Evangelio y en la oración. No quiero quedarme en la superficialidad de quienes sólo «oyen» hablar de Ti, pero no tienen una relación personal para conocer tu voluntad. Sólo en el contacto asiduo contigo se podrá formar mi corazón de discípulo y misionero de tu amor. 

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