Llevo unos días dándole vueltas a un posible soneto. Es una especie de amable competición literaria con personas muy cercanas a mí. He introducido, bien asesorado, algún cambio. De momento queda así el soneto:
APENAS AYER
Apenas ayer y hace ya tanto,
que vengo a darme cuenta, sin pensarlo,
que por jugarlo todo al apostarlo,
sumo a la decepción, pena y quebranto.
El olvido es cruel, pero es vida.
Nadie, así, prometió el paraíso.
Todo amar es ambiguo e indeciso,
como el gozo y la pena sin medida.
Lo que no fue no es, con insistencia:
si sabio es conjurar sus amenazas,
los golpes fortalecen la paciencia.
Que lo débil ofrezca resistencia,
- escasa base, escuetas las tenazas -
y, sin callar, calle con advertencia.
Guillermo Juan Morado.
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