La Iglesia Católica no está en contra del aborto

La Iglesia Católica no está en contra del aborto

Estamos a favor de la vida. No somos el pueblo del NO. Somos el pueblo del SI: a toda vida humana porque es un regalo que no debemos desechar. Y tenemos una buena noticia que compartir con todos.Nuestro principal discurso no es sobre el aborto.

abortoLa buena noticia de la Vida

El documento de Aparecida lo resume así (106-113):

Alabamos a Dios por el don maravilloso de la vida y por quienes la honran y la dignifican al ponerla al servicio de los demás; por el espíritu alegre de nuestros pueblos que aman la música, la danza, la poesía, el arte, el deporte y cultivan una firme esperanza en medio de problemas y luchas. Alabamos a Dios porque, siendo nosotros pecadores, nos mostró su amor reconciliándonos consigo por la muerte de su Hijo en la cruz. Lo alabamos porque ahora continúa derramando su amor en nosotros por el Espíritu Santo y alimentándonos con la Eucaristía, pan de vida (cf. Jn 6, 35). La Encíclica “Evangelio de la Vida”, de Juan Pablo II, ilumina el gran valor de la vida humana, la cual debemos cuidar y por la cual continuamente alabamos a Dios.

Bendecimos al Padre por el don de su Hijo Jesucristo, “rostro humano de Dios y rostro divino del hombre”. “En realidad, tan sólo en el misterio del Verbo encarnado se aclara verdaderamente el misterio del hombre. Cristo, en la revelación misma del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre su altísima vocación”.

Bendecimos al Padre porque todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e incertidumbres, puede llegar a descubrir, en la ley natural escrita en su corazón (cf. Rm 2, 14-15), el valor sagrado de la vida humana, desde su inicio hasta su término natural, y afirmar el derecho de cada ser humano a ver respetado totalmente este bien primario suyo. En el reconocimiento de este derecho, se fundamenta “la convivencia humana y la misma comunidad política”.

Ante una vida sin sentido, Jesús nos revela la vida íntima de Dios en su misterio más elevado, la comunión trinitaria. Es tal el amor de Dios, que hace del hombre, peregrino en este mundo, su morada: “Vendremos a él y viviremos en él” (Jn 14, 23). Ante la desesperanza de un mundo sin Dios, que sólo ve en la muerte el término definitivo de la existencia, Jesús nos ofrece la resurrección y la vida eterna en la que Dios será todo en todos (cf. 1Cor 15, 28). Ante la idolatría de los bienes terrenales, Jesús presenta la vida en Dios como valor supremo: “¿De qué le sirve a uno ganar el mundo, si pierde su vida?” (Mc 8, 36).

Ante el subjetivismo hedonista, Jesús propone entregar la vida para ganarla, porque “quien aprecie su vida terrena, la perderá” (Jn 12, 25). Es propio del discípulo de Cristo gastar su vida como sal de la tierra y luz del mundo. Ante el individualismo, Jesús convoca a vivir y caminar juntos. La vida cristiana sólo se profundiza y se desarrolla en la comunión fraterna. Jesús nos dice “uno es su maestro, y todos ustedes son hermanos” (Mt 23, 8). Ante la despersonalización, Jesús ayuda a construir identidades integradas.

La propia vocación, la propia libertad y la propia originalidad son dones de Dios para la plenitud y el servicio del mundo.

Ante la exclusión, Jesús defiende los derechos de los débiles y la vida digna de todo ser humano. De su Maestro, el discípulo ha aprendido a luchar contra toda forma de desprecio de la vida y de explotación de la persona humana. Sólo el Señor es autor y dueño de la vida. El ser humano, su imagen viviente, es siempre sagrado, desde su concepción hasta su muerte natural; en todas las circunstancias y condiciones de su vida. Ante las estructuras de muerte, Jesús hace presente la vida plena. “Yo he venido para dar vida a los hombres y para que la tengan en plenitud” (Jn 10, 10). Por ello, sana a los enfermos, expulsa los demonios y compromete a los discípulos en la promoción de la dignidad humana y de relaciones sociales fundadas en la justicia.

Ante la naturaleza amenazada, Jesús, que conocía el cuidado del Padre por las criaturas que Él alimenta y embellece (cf. Lc 12, 28), nos convoca a cuidar la tierra para que brinde abrigo y sustento a todos los hombres (cf. Gn 1, 29; 2, 15).

El aborto y los derechos humanos

Tenemos una clara percepción de la realidad: los derechos humanos son para todos. Cuando se atropella al más pequeño se abren las puertas a las calamidades.

El aborto es atropellar los derechos humanos de los más débiles.

Tomemos solo un ejemplo: los seres humanos que nacen con el Síndrome Down. Para eso les comparto material de un sitio muy interesante. Está caratulado así: “El blog de Ana. La vida de nuestra hija con síndrome de Down y una cardiopatía congénita“.

De su contenido elijo un trozo del artículo “Estadística entorno a las tasas de interrupción de embarazos y nacimientos en el Síndrome de Down“:

 Cuando supimos que Anna estaba en camino una de las primeras cosas que hice fue investigar cuáles eran las probabilidades de tener una hija con SD. Tal y como comento en las preguntas más frecuentes del blog las probabilidades dependen de la edad de la madre.

Aunque según la biografía los números varían ligeramente, a los 35 la probabilidad es de 1 entre 350, por debajo de los 25 la probabilidad es de 1 entre 1400 y a los 40 la probabilidad es de 1 entre 100. En definitiva, hace ya bastantes décadas se llegó a la conclusión por observación que el síndrome de Down se daba en uno de cada 800 a 1000 niños sin ningún tipo de asociación entre el síndrome y cualquier grupo étnico, cultural, socioeconómico o geográfico.

Como digo, estos datos han sido tradicionalmente la simple y llana estadística recogida a partir de una serie de nacimientos observados. Pero teniendo en cuenta las altas tasas de interrupciones de embarazo que se están alcanzando hoy en día en diagnósticos prenatales de bebés con síndrome de Down, el número de nacimientos tiene que ser muy diferente, aunque evidentemente las posibilidades de concebir un bebé con síndrome de Down que llegue a nacer siguen siendo las mismas. Y es detrás de estos nuevos números que siempre ando.

Lo curioso es que las cosas que encuentro apuntan a que la tendencia actual al alza de las interrupciones de embarazo por síndrome de Down no parece ser una cosa de los años recientes, si no que se puede remontar incluso a los años 80 (lo que ha aumentado con el tiempo es el número de casos detectados de forma prenatal).

Un artículo médico de una universidad británica concluye que el 92% de los diagnósticos de síndrome de Down recopilados entre 1980 y 1998 en el Reino Unido acabaron en interrupciones y que los porcentajes de los años 80 son similares a aquellos de los años 90. Un artículo médico norteamericano concluyó que en el estado de Hawaii entre 1987 y 1996 se detectaron de forma prenatal 131 casos, de los cuales 110 fueron interrumpidos (un 84%).

Otro artículo, en este caso francés, habla de una tasa de interrupciones del 95% de mujeres parisinas diagnosticadas de un embarazo con un bebé con síndrome de Down entre 2001 y 2005. Y podríamos mencionar artículos de otras partes del mundo (como por ejemplo Singapur, Taiwan, o Estonia) En cuanto a nuestro propio páis el artículo de hoy en el País menciona un informe que apunta a que en España entre 1980 y 1985 se daban 14,78 nacimientos por cada 10.000 bebés (o lo que es lo mismo, 1,4 cada 1000) y en el 2002 se pasó a 8,2 nacimientos por cada 10.000 (0,82 por cada 1000). Del 2002 al 2008 me imagino que los números han seguido decreciendo lo que podría concordar con las tasas de interrupción del orden del 90% como apuntan los informes médicos.

En este contexto es muy significativa la foto que ilustra este artículo.

El cartelito que sostiene el niño dice traducido:

“Tal vez no sea perfecto
pero soy feliz.
Soy obra de las manos de Dios
Estoy hecho a su imagen
Y soy bendecido
Hago parte del 10 por ciento de niños
con Síndrome de Down
que ha sobrevivido a Roe vs.Wade”.

Legislación argentina

Resulta curioso que la ley argentina se preocupe de manera muy especial en proteger los derechos de la madre que ha dado a luz a un hijo con el síndrome de Down:

Ley 24.716

ARTICULO 1°-El nacimiento de un hijo con Síndrome de Down otorgará a la madre trabajadora en relación de dependencia el derecho a seis meses de licencia sin goce de sueldo desde la fecha del vencimiento del período de prohibición de trabajo por maternidad.

ARTICULO 2°-Para el ejercicio del derecho otorgado en el artículo anterior la trabajadora deberá comunicar fehacientemente el diagnóstico del recién nacido al empleador con certificado médico expedido por autoridad sanitaria oficial, por lo menos con quince días de anticipación al vencimiento del período de prohibición de trabajo por maternidad.

ARTICULO 3°-Durante el período de licencia previsto en el artículo 1° la trabajadora percibirá una asignación familiar cuyo monto será igual a la remuneración que ella habría percibido si hubiera prestado servicios. Esta prestación será percibida en las mismas condiciones y con los mismos requisitos que corresponden a la asignación por maternidad.

Pero el mismo congreso que promulgó esta ley hoy abra sus puertas para que se pueda permitir a esa madre “solucionar” su problema a través de un aborto.

¿Exagero? Los datos que dan los padres de Ana no mienten: una vez que se libera la posibilidad del aborto legal solamente nace el 10% de los niños gestados con síndrome de Down. Por eso la Iglesia no está en contra del aborto: estamos a favor de la vida, de toda vida, de los derechos humanos de toda vida.

Artículos sobre el aborto

Declaración de los derechos humanos del concebido.

Un decálogo de razones en favor del aborto en la Argentina.

Un sí a la vida.

Nuevas perspectivas sobre el problema del aborto.

El derecho a vivir.

El origen de los derechos humanos.

Toda vida es valiosa.

Decidir sobre la vida de otro ¿una opcióon?

Blod Money, el valor de una vida.

El circo mariposa.

Cristina… ¿es o no es abuela?

Otra más sobre el aborto.

Los hijos no son cosas.

Genocidio.

Estudio demuestra que aborto genera más problemas en adolescentes que dar a luz.

Alarmante mortalidad materna por abortos clandestinos.

Los números que manejan los abortistas son falsos.

Los fanáticos religiosos.

Coherencia eucarística.

Un argentino camino a los altares.

Y si te parecen pocos, en esta búsqueda sobre la etiqueta aborto del sitio encontrarás muchos más.

El artículo La Iglesia Católica no está en contra del aborto lo publicó Fabián Castro primero en Catolicus.

15:18

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