(Cfr. www.almudi.org)
Homilía III: basada en el Catecismo de la Iglesia Católica
«El hijo amado del Padre es el Hijo-siervo»
I. LA PALABRA DE DIOS
Is 42,1-4.6-7: «Mirad a mi siervo a quien prefiero»
Sal 28,1-4.9-10: «El Señor bendice a su pueblo con la paz»
Hch 10,34-38: «Dios ungió a Jesús con la fuerza del Espíritu Santo»
Mt 3,13-17: «Apenas se bautizó Jesús, vio que el Espíritu de Dios bajaba sobre él»
Sal 28,1-4.9-10: «El Señor bendice a su pueblo con la paz»
Hch 10,34-38: «Dios ungió a Jesús con la fuerza del Espíritu Santo»
Mt 3,13-17: «Apenas se bautizó Jesús, vio que el Espíritu de Dios bajaba sobre él»
II. APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO
El «Siervo» es presentado por Isaías como alguien excepcional y desconcertante. Su misión de renovar a Israel, haciendo retornar a los exilados, es presentada por S. Mateo, tan amigo de citar el AT, como el que toma nuestras flaquezas y carga con nuestras enfermedades.
A las comunidades cristianas les preocupaba por qué Cristo se hizo bautizar. La razón de que «cumplamos así todo lo que Dios quiere», parece expresar la plena solidaridad con la humanidad pecadora a la que había venido a salvar. La presentación como «Cordero de Dios que quita el pecado del mundo» invita a pensar así. La salvación la llevará a cabo como «siervo paciente de Dios», según Isaías.
III. SITUACIÓN HUMANA
La vida es un reto permanente para el que quiere tomársela en serio. Una cosa es dejar pasar los días y otra vivirlos. El hombre hace fructífera su existencia cuando afronta el afán de cada día.
Hay hombres que entienden su vida como una apuesta en beneficio de los demás, y pueden encontrarse en el camino con quienes han hecho lo mismo que ellos.
Jesús, al comienzo de su vida pública, tiene delante el proyecto salvador del Padre y le va a costar la vida. Pero esa es precisamente la razón de su vivir: «Dar la vida en rescate por muchos».
IV. LA FE DE LA IGLESIA
La fe
– El Bautismo de Jesús: “El bautismo de Jesús es, por su parte, la aceptación y la inauguración de su misión de Siervo doliente…anticipa ya el «bautismo» de su muerte sangrienta… por amor acepta el bautismo de muerte para la remisión de nuestros pecados. A esta aceptación responde la voz del Padre que pone toda su complacencia en su Hijo. El Espíritu que Jesús posee en plenitud desde su concepción viene a «posarse» sobre él. De él manará este Espíritu para toda la humanidad. En su bautismo, «se abrieron los cielos» (Mt 3,16) que el pecado de Adán había cerrado; y las aguas fueron santificadas por el descenso de Jesús y del Espíritu como preludio de la nueva creación” (536).
– El Bautismo de Jesús: “El bautismo de Jesús es, por su parte, la aceptación y la inauguración de su misión de Siervo doliente…anticipa ya el «bautismo» de su muerte sangrienta… por amor acepta el bautismo de muerte para la remisión de nuestros pecados. A esta aceptación responde la voz del Padre que pone toda su complacencia en su Hijo. El Espíritu que Jesús posee en plenitud desde su concepción viene a «posarse» sobre él. De él manará este Espíritu para toda la humanidad. En su bautismo, «se abrieron los cielos» (Mt 3,16) que el pecado de Adán había cerrado; y las aguas fueron santificadas por el descenso de Jesús y del Espíritu como preludio de la nueva creación” (536).
– El Bautismo en la economía de la salvación: 1224. 1225.
La respuesta
– Por el Bautismo, somos incorporados a la Iglesia y a su misión: “El Bautismo hace de nosotros miembros del Cuerpo de Cristo. El Bautismo incorpora a la Iglesia. De las fuentes bautismales nace el único pueblo de Dios de la Nueva Alianza que trasciende todos los límites naturales o humanos de las naciones, las culturas, las razas y los sexos: «Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo» (1 Co 12,13)” (1267; cf 1268-1270).
– Por el Bautismo, somos incorporados a la Iglesia y a su misión: “El Bautismo hace de nosotros miembros del Cuerpo de Cristo. El Bautismo incorpora a la Iglesia. De las fuentes bautismales nace el único pueblo de Dios de la Nueva Alianza que trasciende todos los límites naturales o humanos de las naciones, las culturas, las razas y los sexos: «Porque en un solo Espíritu hemos sido todos bautizados, para no formar más que un cuerpo» (1 Co 12,13)” (1267; cf 1268-1270).
– El Bautismo, remisión de los pecados: 1263. 1264.
El testimonio cristiano
– «Enterrémonos con Cristo por el Bautismo, para resucitar con él; descendamos con él para ser ascendidos con él; ascendamos con él, para ser glorificados con él (San Gregorio Nacianceno, Or. 40,9)» (537).
– «Enterrémonos con Cristo por el Bautismo, para resucitar con él; descendamos con él para ser ascendidos con él; ascendamos con él, para ser glorificados con él (San Gregorio Nacianceno, Or. 40,9)» (537).
– «Todo lo que aconteció en Cristo nos enseña que después del baño del agua, el Espíritu Santo desciende sobre nosotros desde lo alto del cielo y que, adoptados por la voz del Padre, llegaremos a ser hijos de Dios (San Hilario, Mat. 2)» (537).
La escena del Jordán, manifestación trinitaria, nos muestra el amor íntimo de Dios revelándose en el Hijo amado a los hombres.
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