La han pedido en la misa dominical, han dibujado palomitas de la paz, un corazón lleno de misericordia, han escuchado canciones de paz y la han dado a los que tenían cerca, tras tocar el corazón misericordioso de Jesucristo.
Y yo aproveché para pedir a sus padres que los eduquen para la paz porque sin esa educación seguirán manteniendo los conflictos que hoy tanto nos preocupan.
Agradezco a las catequistas su interés y esfuerzo por ayudar a los niños a ser conscientes de esta gran tarea.
Publicar un comentario