Como cada miércoles, el Papa dedicó los primeros minutos de la audiencia general a saludar a los peregrinos y a cumplir con algunas costumbres que ya son tradiciones, como beber mate o el intercambio de solideo.
Hace frío en Roma y por eso, la catequesis se celebra al calor del Aula Pablo VI. Francisco continuó con su ciclo de enseñanzas sobre la Misa, en esta ocasión, sobre el acto penitencial de la celebración. Explicó que quien busca el perdón siempre lo encuentra.
FRANCISCO
“Quien es consciente de sus propias miserias e inclina sus ojos con humildad, siente posarse en sí la mirada misericordiosa de Dios. Sabemos por experiencia que solo quien sabe reconocer los errores y pedir perdón recibe la comprensión y el perdón de los demás”.
El Papa recordó que en el acto penitencial, aunque sea comunitario, es cada persona la que confiesa los propios pecados, tanto de pensamiento o palabra como de obra u omisión.
FRANCISCO
“Con frecuencia nos sentimos bien porque decimos: “No he hecho daño a nadie”. En realidad no basta con no hacer daño al prójimo. Es necesario elegir el bien, aprovechando las oportunidades para dar un buen testimonio de que somos discípulos de Jesús”.
También explicó que los errores cometidos contra Dios y contra los hermanos tienen consecuencias.
FRANCISCO
“Está bien subrayar que confesamos tanto a Dios como a los hermanos que somos pecadores. Estos nos ayuda a comprender la dimensión del pecado que, mientras que nos separa de Dios y también nos separa de nuestros hermanos y viceversa”.
Por último, Francisco invitó a los peregrinos a seguir el ejemplo de algunas figuras de la Biblia que, tras haber pecado, tuvieron el valor de reconocer sus errores y abrirse a la misericordia de Dios.
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Juan Ramón Domínguez-Palacios / www.lacrestadelaola2028.blogspot.com
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