Que un periodista afirme que una cosa es el evangelio y otra la doctrina, es algo que no pasa de una simple opinión muy suya. Que alguna Joaquina despistada lo corrobore, no deja de ser anecdótico y una cuestión de menor relieve. Que lo afirme un sacerdote resulta preocupante. Que lo sostenga el cardenal Joseph Tobin, arzobispo de Newark, es como para que se te pongan los cuatro pelos que te quedan como escarpias del siete.
Acabo de indigestarme, católicamente hablando, con una cosa que publica RD –quién si no- y que parece ser recoge algunas declaraciones del cardenal Tobin. Sé que debo mantener un respeto por los cardenales y por todas las personas, pero más respeto me merecen la fe, la verdad y mis lectores.
- Oiga, D. Jorge, que a lo mejor el equivocado es usted.
- Muy posiblemente.
Lo primero con lo que se despacha es con que, de las noticias que aparecen sobre Amoris Laetitia, “son inútiles para la formación” y, de hecho, “solo unas pocas están al servicio del Magisterio". Vale. Pero con esos datos poco nos aclara su eminencia. Sigue, porque todo el artículo es de traca, hablando de medios que siembran la discordia. Perfecto.
A uno, en su modesto entender y modestísimo saber, le encantaría una mayor concreción. Por ejemplo, que citara expresamente cuáles son esos medios que siembran la discordia y cuáles los que están al servicio del Magisterio. Mayormente para que sus fieles sepan de quién deberían fiarse.
Continúa su eminencia haciendo un fantástico ejercicio cantinflesco de hablar de forma aparentemente solemne, pero sin decir absolutamente nada. Y si no, a ver cómo entienden ustedes esta frase: “Antes de reafirmar las reglas, deberíamos volver a la proclamación evangélica, especialmente en las periferias: entonces podremos empezar a hablar de las respuestas morales". En las periferias… Ya saben que servidor es bastante obtuso. Si alguien me pudiera explicar qué cosa sea eso de predicar en las periferias le quedaría muy agradecido.
Por ejemplo, ¿La Serna del Monte, con cincuenta habitantes es periferia o centro? ¿Estarán preparados para acoger respuestas morales? ¿Se refiere a periferias geográficas, morales, existenciales, económicas? ¿En qué consistirían?
Sigo, que la cosa está entretenida: “el Evangelio es una prioridad” y al reemplazarlo por la doctrina, perderemos de vista las “complejidades” del documento y de las situaciones vitales a las que pretende dar respuesta. Coñe, como una Joaquina cualquiera, como un mal periodista. Así que otro distinguiendo entre evangelio y doctrina, al punto que dice que son cosas diferentes, tanto que una puede sustituir a la otra.
Sigo, o mejor, sigue: “lamenta que el 85% de las noticias mundiales sobre la exhortación apostólica provengan de los Estados Unidos, país donde solo el 6% de la población es católica. Es en EEUU donde se concentra la que quizás sea la mayor presencia ultraconservadora de toda la Iglesia universal”.
Para empezar bien que me gustaría saber qué instituto de opinión le ha facilitado lo datos a monseñor, para pedirle que cambie de instituto, porque el mas bobo sabe que los católicos en USA andan en torno al 25 %. También, algún día, alguien podría explicarme la diferencia entre fidelidad, ser conservador, ser ultraconservador. Posteriormente me gustaría conocer si ser conservador o ultraconservador es malo y por qué.
Es que miren ustedes, sale uno, suelta porcentajes que no sabemos de dónde los saca, dispara adjetivos, juzga intenciones o recoge los juicios de otros: “ecumenismo del odio” que promueve una “visión xenófoba e islamófoba” y “muros y deportaciones purificantes” y se queda tan tranquilo, feliz y satisfecho. Y todo esto para decir que qué malos los ultraconservadores sin molestarse en explicar qué cosa sea y por qué. Y, por supuesto, que no hay que juzgar.
Seriedad.
Y me deben otra ave maría.
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