Domingo de ramos: serán los mismos

Les dejo la reflexión que un servidor ha dejado esta mañana en Radio María. Por si les vale en esta mañana de domingo de ramos. 

Cuenta la historia que cuando el rey Alfonso XII entró en Madrid el año 1875, fue recibido por una ingente multitud que lo fue vitoreando por toda la ciudad. Impresionado el joven monarca por el apoteósico recibimiento, se dirigió a uno de los cercanos para agradecerle tan extraordinarias muestras de bienvenida. Gracias majestad, repuso, pero esto no es nada ¡si hubiese visto cómo gritábamos cuando echamos a su madre!

Esta es la historia de Jesús. Hoy, domingo de ramos, lo vemos aclamado por una multitud en Jerusalén: bendito el que viene en el nombre del señor, hosanna. Hoy niños y mayores reciben a Cristo en olor de multitud aplaudiendo su llegada con ramos de olivo y alfombrando su paso con toda suerte de mantos y ramos. Pero… Gritos de júbilo, pero esto no es nada para lo que esos mismos van a gritar apenas unos días después reclamando su crucifixión.

Como en el caso del rey Alfonso XII bien podían decir al Maestro: ya ves cómo gritamos, pero esto no es nada para la que vamos a liar dentro de unos días cuando pidamos la libertad de Barrabás y exijamos tu crucifixión.

Historias que no son ni del siglo I, ni tampoco del siglo XIX. Historias de hoy mismo en cada uno de nosotros. Semana Santa de procesiones, hermandades, devociones y golpes de pecho. Ramos de domingo comprados, quién sabe, si con el salario defraudado, el peso con truco, la tacañería con la limosna debida o la última trampa ante hacienda. Por la tarde hábito, escapulario, capirote y penitencia. Por la noche, volver al lecho ilegítimo, maquinar el nuevo fraude económico, falsificar un documento más y volver a engordar la cuenta de gastos. Mañana de visitar monumentos, tardes de crítica, murmuración, difamación y juicios temerarios.

Silencio ante Cristo muerto, habladurías de los vivos. Luto en el exterior, indiferencia en el interior mientras se espera al domingo para estrenar y ser envidiados.

Hoy tenemos mañana de palma y ramo, después en nuestros balcones, en muchos, esa palma permanecerá todo un año, señalando que es una casa de cristianos. ¿Casa de cristianos? ¿Casa donde se reza, se guardan los mandamientos, se practican las obras de misericordia? ¿Casa donde se guarda el temor del Señor, donde se busca su voluntad generosamente, o simplemente casa con ramo y palma?

Día, semana santa, para comenzar a pedir perdón por nuestras contradicciones. Días para una buena confesión, días para mirar al crucificado, reconocer que dio su vida, ¡y de qué modo tan terrible por nosotros! Y hacer el firme propósito de cambiar de vida, convertirnos y ser totalmente suyos.

Es que, si no, seremos como los de Jerusalén. Perdona a tu pueblo señor, y vidas empecatadas. Piedad oh Dios mío y sigo con las malas artes. Sálvame Virgen María y mañana quedamos que te tengo que contar cosas de Fulanita. Victoria tú reinarás y en ese contrato añades el porcentaje para Menganez. A ver dónde está el hábito… por cierto luego hemos quedado con unas chicas muy ya me entiendes…

Así no puede ser. 

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04:15

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