Esta semana he estad o un poco ausente de esta página, puesto que el 19 pasó a la casa del Padre, quien me ordenara diácono y sacerdote, S. E. Mons. Rubén Héctor Di Monte, y a quien serví como secretario. Doy gracias al Señor haberlo conocido y haber recibido tantas enseñanzas para mi vida sacerdotal y personal. Tengo una tristeza esperanzada y con él se cierra una etapa muy importante y fundamental en mi vida. Como él en una ocasión al inicio del Seminario me enseñara nunca hay que atar nuestro destino al de nadie, sólo el Señor. Él fue testigo, con su amor al Señor a la Virgen y a la Iglesia de esto. Excelencia, hasta cada Eucaristía, en la comunión de los santos!!!
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