Viernes 08 de Enero de 2016
De la feria
Blanco
Tiempo de Navidad.
Antífona de entrada Sal 111, 4
Brilla para los buenos una luz en las tinieblas: es el Señor bondadoso, compasivo y justo.
Oración colecta
Dios todopoderoso, concédenos que el nacimiento del Salvador del mundo, revelado por la luz de la estrella, se manifieste cada vez más en nuestros corazones. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Acepta con bondad, Señor, las ofrendas de tu pueblo y, por medio de este sacramento celestial, haz que se haga vida en nosotros cuanto proclamamos por la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión 1Jn 4, 9
Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo para que tuviéramos Vida por medio de él.
Oración después de la comunión
Señor Dios, que sales a nuestro encuentro en la participación de la Eucaristía, obra en nuestros corazones su poderosa eficacia, para que, al recibirla, nos hagamos cada día más dignos del don que nos haces. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Lectura 1Jn 4, 7-10
Lectura de la primera carta de san Juan.
Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos vida por medio de él. Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados.
Palabra de Dios.
Comentario
“En su carta, Juan dice claramente quién es Dios: Dios es amor. Por eso sólo por el camino del amor puedes conocer a Dios. Amor razonable, acompañado por la razón, pero amor. Tal vez, en este punto, nos podríamos preguntar: ¿Pero cómo puedo amar lo que no conozco? La respuesta es clara: Ama a los que tienes cerca. Precisamente esta es la doctrina de dos mandamientos: el más importante es amar a Dios, porque él es amor. El segundo, en cambio, es amar al prójimo, pero, para llegar al primero, debemos subir por los escalones del segundo. En una palabra, a través del amor al prójimo llegamos a conocer a Dios, que es amor, y sólo amando razonablemente, pero amando, podemos llegar a ese amor”.
Sal 71, 1-4. 7-8
R. ¡Pueblos de la tierra, alaben al Señor!
Concede, Señor, tu justicia al rey y tu rectitud al descendiente de reyes, para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus pobres con rectitud. R.
Que las montañas traigan al pueblo la paz, y las colinas, la justicia; que él defienda a los humildes del pueblo, socorra a los hijos de los pobres. R.
Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz, mientras dure la luna; que domine de un mar hasta el otro, y desde el Río hasta los confines de la tierra. R.
Aleluya Lc 4, 18
Aleluya. El Señor me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos. Aleluya.
Evangelio Mc 6, 34-44
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato. Como se había hecho tarde, sus discípulos se acercaron y le dijeron: “Este es un lugar desierto, y ya es muy tarde. Despide a la gente, para que vaya a los campos y poblaciones cercanos a comprar algo para comer”. Él respondió: “Denles de comer ustedes mismos”. Ellos le dijeron: “¿Tendríamos que ir a comprar doscientos denarios de pan para dar de comer a todos?”. Jesús preguntó: “¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan a ver”. Después de averiguarlo, dijeron: “Cinco panes y dos pescados”. Él les ordenó que hicieran sentar a todos en grupos, sobre la hierba verde, y la gente se sentó en grupos de cien y de cincuenta. Entonces él tomó los cinco panes y los dos pescados y, levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los fue entregando a sus discípulos para que los distribuyeran. También repartió los dos pescados entre la gente. Todos comieron hasta saciarse, y se recogieron doce canastas llenas de sobras de pan y de restos de pescado. Los que comieron eran cinco mil hombres.
Palabra del Señor.
Comentario
Aquella muchedumbre que estaba como ovejas sin pastor tenía hambre de la Palabra. Ninguno se había quejado por lo avanzado de la hora; son los discípulos los que están preocupados por la hora de comer. La gente quería seguir escuchando a Jesús; estaban allí alimentándose de su palabra. Con esta comida compartida, Jesús les enseñó algo más, a la gente y a los discípulos. Enseñó que poner a disposición lo que tenemos, organizarnos en pequeños grupos y estar dispuestos a servir es el modo para que todos quedemos saciados.
Oración introductoria
Señor, ten compasión de mí. Ayúdame a aprovechar bien este rato de oración, incrementa mi fe para que pueda descubrir el redil sobre el cual debo caminar. Multiplica mis dones para que, esperando y confiando en tu misericordia, crezca en mi amor a Ti y a los demás.
Petición
Señor, que sepa descubrir las necesidades espirituales de quien está más cerca de mí y busque resolverlas.
Meditación
Hoy, Jesús nos muestra que Él es sensible a las necesidades de las personas que salen a su encuentro. No puede encontrarse con personas y pasar indiferente ante sus necesidades. El corazón de Jesús se compadece al ver el gran gentío que le seguía «como ovejas que no tienen pastor» (Mc 6,34). El Maestro deja aparte los proyectos previos y se pone a enseñar. ¿Cuántas veces nosotros hemos dejado que la urgencia o la impaciencia manden sobre nuestra conducta? ¿Cuántas veces no hemos querido cambiar de planes para atender necesidades inmediatas e imprevistas? Jesús nos da ejemplo de flexibilidad, de modificar la programación previa y de estar disponible para las personas que le siguen.
Una de las manifestaciones más amables y expresivas de la misión mesiánica de Jesús fue la multiplicación de los panes. Se compadece de la gente pues andan como ovejas sin pastor. Jesús está cerca de los que sufren, de los que lo buscan. No está alejado del pueblo, sino en medio de él. Como nuevo Moisés, da de comer a los suyos en el desierto. Su amor es concreto, va a las necesidades particulares de cada persona, porque a cada uno nos ama como a su único hijo. Una comida tan escasa que servirá para alimentar a miles de hombres y todavía sobrarán doce canastos. Milagro que prefigura el alimento espiritual de la Eucaristía, Pan de vida que se extiende gratuitamente a todos los pueblos de la Tierra para dar vida y vida eterna.
No sólo da de comer sino además predica el Reino, alivia los sufrimientos anímicos y los corporales. Y a la vez evangeliza. Tenemos un modelo bien cercano: el de Cristo Jesús, tal como aparece ya en sus primeras intervenciones como misionero del Reino, y como seguirá a lo largo de todas las páginas del evangelio. Siempre atiende a los que sufren. Siempre tiene tiempo para los demás. Nunca pasa al lado de uno que sufre sin dedicarle su presencia y su ayuda. Hasta que al final entregue su vida por todos.
El amor es entrega. Dios entrega a su Hijo, Cristo Jesús que se entrega a sí mismo en la cruz. ¿Cómo es nuestro amor a los hermanos? ¿Somos capaces de entregarnos a los demás? O ¿una vez que se nos acaba el fervor sensible decrece el interés por los demás? Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo recibido en la misa sea nuestra fuerza y sostén para vivir una caridad y amor auténticos a nuestros hermanos.
Propósito
Hacer una visita a Cristo Eucaristía para contemplar y agradecer su amor y cercanía.
Diálogo con Cristo
Señor, gracias por enseñarme el camino que debo seguir: vivir la caridad en todo momento. Ayúdame a abrir mi corazón para deducir lo que puedo hacer por los demás, no con mis propios talentos, sino poniendo éstos en tus manos, para que los multipliques y pueda, así, convertirme en un auténtico discípulo y misionero de tu amor.
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