“En Cana de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus discípulos en Él”.
Y, desde Cana, hasta hoy, sigue pendiente de nuestras necesidades. Pero somos nosotros los que nos olvidamos de invitarlo. Tal vez, si hacemos caso a la Virgen: “Haced lo que Él os diga”, notaremos la cercanía de Dios y perderemos el miedo a hacerlo presente en nuestra vida, en nuestra familia y en la sociedad ¡El futuro es de los audaces
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