Lo celebré con la sencilla, pero ferviente, misa parroquial y con una fraternal comida con Luis Antonio y otros tres sacerdotes. También aproveché para releer algo de la instructiva vida del Santo Cura, en esta obrita de Marc Joulin de Ediciones Paulinas (145 hojas). Le he pedido también por todos los sacerdotes, especialmente por los más cercanos, conocidos y amigos: ¡Oh, Santo Cura de Ars, danos tu sabiduría, haznos buenos sacerdotes, compromete nuestra vida!
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