Con este calor y encima con nuestro presidente el dr. Sánchez pululando suelto por el país. Yo ya he cerrado todas las ventanas de casa. Con eso dejo fuera el calor inmisericorde que está cayendo. Será más fácil mantener fresca la casa que no que no entre por las rendijas el infausto perseguidor de nuncios.
Pero no debemos ser duros con este sujeto de 47 años que dirige las riendas de la nación. Riendas con las que ahora quiere fustigar a la Iglesia. No, no debemos ser duros con él. El Partido Socialista es una representación de esta sociedad. Y el Partido Popular lo mismo.
Incluso VOX, que para nada es un partido extremista ni fascista, tiene entre sus integrantes una parecida proporción de corrupción moral que el resto de formaciones políticas.
Así que no hay ninguna esperanza. Pero eso es lo bueno: que ya no debemos intranquilizarnos por nada. Dejemos a este exponente de la sociedad que haga lo que le dé la real gana. Pagaremos lo que nos exija, iremos a los tribunales cuando seamos acusados por delitos de opinión y celebraremos la misa en las casas cuando ya no nos quede otro remedio. Yo ya he comprado unos candelabros, por si acaso, no es broma.
Haga lo que quiera, dr. Sánchez, como si quiere incendiar Madrid como hizo Nerón. Yo le diré como Petronio: Quema Roma, pero no cantes.
¡Salud, augusto, y no cantes; asesina, pero no hagas versos; envenena, pero no bailes; incendia, pero no toques la cítara!

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