Hay MIEDO a la VERDAD. ¡Verdadero pánico! (Por lo CIVIL)

Sí: se le tiene miedo a la VERDAD: auténtico pavor. Un miedo cerval, patológico, irracional hasta lo más profundo. ¿Por qué? ¡Si estamos hechos para la VERDAD en todos sus horizontes y/o en todos sus planos!

Y estamos hechos para la VERDAD porque, como personas humanas que somos -esa es nuestra NATURALEZA, aunque haya gente que abomine de tal concepto: por algo será, claro, aunque no puedan aportar como “explicación” nada más que la mera negación-, estamos hechos para CONOCER; y, desde ahí, y empujados por la voluntad que, de suyo busca en primer lugar el BIEN propio -que previamente conoce-, determinarse a OBRAR, CONSTRUIR, HACER El BIEN, RELACIONARNOS, GOZAR y VIVIR… como lo que somos: como PERSONAS.

¿Entonces? Si esto es así, y lo es realmente -ya los griegos, con Platón y Aristóteles a la cabeza, lo dejaron meridianamente claro hasta el punto de que nadie ha podido demostrar racionalmente lo contrario: solo dicen NO por toda “aportación"-, ¿cómo es posible que este pavor invada HOY a la gente y al mundo de modo tan eficazmente  DESTRUCTOR para la misma persona?

Por supuesto que no es de hoy: viene de bastante atrás: de la pinza Descartes-Lutero como cabezas, aparte los que se han aprovechado de sus “aportes", y la han ido haciendo -a esa pinza-pregresivamente más cerrada, más inquietante y ominosa y, como no puede ser de otra manera, más cruelmente inhumana. Una pinza que, al haber echado raíces muy profundas, se ha ido haciendo más imposible de sortear -y que tiene su K-1 en el MARXISMO-, de tal modo que arrasa con nuestras constantes antropológicas más específicas: con todo LO QUE SOMOS: lo queramos o no, lo admitamos o no, lo hagamos nuestro o, directamente, lo rechacemos.

No estoy hablando por hablar, porque esto se constata diariamente en una multitud creciente de sitios, de personas y de instituciones. Vamos con unos ejemplitos.

-En la Ciencia. Se le tiene un pavor enfermizo a la VERDAD, cuando, por su propia naturaleza, esta debería ser el primer motivo del hacer intelectual y científico -no nos apartamos de los griegos-, y una de las primeras fuentes de búsqueda, y de las más fecundas: se busca SABER, y solo se sabe EN LA VERDAD. Pero NO: se hace exactametne lo contrario: se la niega y se la combate, sustituyéndola por IDEOLOGÍAS: presentes también en el mundo científico e intelectual.

Por ejemplo, ante el “misterio” de la VIDA. En lugar que quedarse deslumbrados por tal suceso, desde la ciencia se pretende ser los dueños del “evento": por eso no se le respeta -así no se puede-, sino que se busca MANIPULARLO y, en último término, DESTRUIRLO: esto sí se le da muy bien; solo que eso no se consigue nunca sin destruir la misma VIDA.

Y así, se mata tan ricamente aduciendo unos “postulados ideológicos” -"razonadas sin razones"- que no resisten la más mínima confrontación con el ser, con la naturaleza y con la verdad de las cosas; en este cso, de la VIDA.

Por ejemplo: se esgrime la “salud de la madre” para provocar aborto va y aborto viene; cuando se sabe -es la verdad- que el ambarazo no es ninguna “enfermedad", al menos hasta no hace muchos años. o se aducen “dificultades económicas” para afrontar un nuevo crío en una familia, cuando se derrocha dinerete en todos los “orgullos” de uso corriente, o en el estudio del ADN de la lenteja peruana o, directamente -al menos aquí no mienten: no lo necesitan, pues gozan de total impunidad: ¡mandan ellos!-, en las mariscadas y con las fulanas a cargo del erario público. Es un ejemplo, pero se podrían añadir muchos otros.

-En la Filosofía, la “madre de todas las ciencias", se le ha pillado pánico a la VERDAD, a la REALIDAD tal como es. Se ha pasado -que eso ha sido y es la Filosofía perenne; la única realmente VERDADERA pues no hay otra; y esto, ya desde los griegos, nuestros primeros Maestros en la materia- de “entrarle” a “lo que las cosas SON” -id quod est, “lo que es”-, a pretender que somos nosotros los que decimos lo que las cosas son: y las cosas son, por supuesto y no pueden ser de otra manera -así se dice tan ricamente-, que lo que nos da la gana que sean. Como me decía un amiguete: “a cualquier trapo llaman camisa".

Es el miedo a quedarnos “limitados” en nuestros horizontes de búsqueda, y como empequeñecidos. ¡Si hay quien dice, y se pretende filósofo y/o científico, que la DUDA, la SOSPECHA hacia la realidad y hacia nosotros mismos, es la única posición “racional"! De este modo, y por muy disfrazado de “humildad” que se pretenda, nos dejamos ganar por la MENDAZ e inútil SOBERBIA. de creernos que somos nosotros los que “damos” a las cosas su realidad. ¿Les suena el “seréis como dioses"? Pues eso. Los ejemplos son cuasi infinitos.

Por señalar uno de rabiosa -nunca mejor dicho, aunque en un sentido nada positivo, sinceramente- actualidad: uno se mira en un espejo, se sabe hombre (o mujer: lo que “sale ahi", porque es lo que uno tiene)…, y decide que mañana es mujer (o viceversa); y las “autoridades” -que han dimitido de su función de un modo absolut, dañino y cruelmente inmoral- le conceden el “derecho” de cambiarse el nombre y la “matrícula” como se le cambia el carnet: todo a cargo del herario público; o sea: con “nuestras” perricas, que no las suyas. Luego, eso sí, hay medicinas que te las tienes que comprar tú, porque la SS no te las paga: te las receta, sí; te dice que es lo que debes tomar, pero… NO TE LAS PAGA. C’est la vie!

-En la POLÍTICA: basta un resumen pequeño del últmo discurso de cualquier político en ejercico y cobrando: de cada dos palabras CINCO son MENTIRA, pues la intención de engañar es tan evidente como innegable: ¡aunque lo niegan: faltaría más! Quod erat demonstrandum! (viene ya de Euclides y/o de Arquímedes: o sea, viene de bien lejos, pero sigue vigente porque ES VERDAD).

Y otro apunte en este terreno, aunque no de un profesional de la política, sino de “jurista” que lo fue todo o casi en su carrera; escribía este sujeto -y leía yo- esta mañana: “Cuando el electorado llamado a las urnas decide reparir sus apoyos y configura un Parlamento segmentado no está optando por el bloqueo político, está pidiendo a los resposables políticos, y en primer lugar a la dirigencia del partido vencedor de las elecciones, que practiquen el diálogo racional y sean capaces de entenderse para dotar al país del Gobierno que ejerza las funciones que constitucionalmente le corresponden” (Francisco Pérez de los Cobos, ABC, La Tercera. 24 de julio de 2019).

Suena muy bien: casi perfecto. Lástima que todo el párrafo sea un disparate para la lógica en particular, y para el pensamiento en general, dado lo que se les ve y se les oye a los políticos. Porque, vamos a ver: ¿"el electorado llamado a las urnas” se ha puesto de acuerdo antes de las elecciones para “repartir sus apoyos y configurar un Parlamento segmentado…"? Además de para “no optar por el bloqueo pollítico"…, etc.? ¿Verdad que NO? Entonces, ¿a qué viene tal discursito, aunque sea escrito y por notable pluma? ¿No podemos llamar a las cosas por su nombre, ni respetar lo que son? Y lo mismo respecto a las palabras y sus significados. ¿Qué conseguimos inventándonos las cosas? ¿Hacer “poesía"? Y, ¿para qué?

Los “resultados” electorales, por definición, son los que son; y los discurso y las encuestan, que pretenden influir siempre, no influyen por igual a todos: por eso sale lo que sale. Pretender que “lo que ha salido” tiene una “intencionalidad” es una “opinión” que raya casi con lo onírico; y es, además, rdículo. ¡Lo siento por todos los cargos y cargas que ha desempeñado el Exmo e Ilmo. Sr. Pérez! Y no me extraña nada que los españoles -como cita él mismo- tengan a los políticos y sus manejos como el principal problema, como bien lo perciben porque LO PADECEN en sus carnes, en sus bolsillos y en toda su familia, tanto por arriba como por abajo.

¿Y qué decir si nos vamos a la “ingeniería personal, familiar o social", punta de lanza del NOM y sus secuaces? No acabaríamos. Pero ahí es donde se ve el miedo a la verdad en su faceta más dramatica, por cruel, contra la misma persona: SE ESTÁ DESTROZANDO TODO. ¡Que no quede nada en pie!

-Finalmente, y es lo más trágico para la persona: se le tiene miedo a Dios. Un Dios que nos ha creado, y antes y para nosotros, ha creado el mismo mundo, donde colocarnos; que habiéndole ofendido gravísimamente, nos envía a su propio Hijo, el Unigénito del Padre, para rescatarnos, no tanto del pecado -que es el horizonte más inmediato-, cuando de la condenación eterna, al precio de la vida entera de Jesucristo, que muere por nosotros; que nos trae a su Iglesia; que nos deja todos los medios de Salvación, para que la consigamos; que nos perdona siempre:::; un Dios-Padre, pues, que nos ama con esta locura -es el MISTERIO del AMOR de Dios por nosotros-:¿la conclusión a todo esto es que le hemos de temer? ¿O que le hemos de negar y rechazar? 

Claro, como la necesidad que tenemos de Dios es ABSOLUTA, tras rechazarLo -al Dios verdadero, al que nos ama verdaderamente y nos espera en el Cielo-, nos lo tenemos que inventar y hacer: de madera, de hierro, de oro, de piedra… Que “parecerán que tienen ojos, pero no ven; y oídos, pero no oyen; y boca, pero no hablan; y manos, pero nada hacen…

Así somos cuando nos descuidamos: tenemos miedo de todo, hasta de nuestra propia sombra…

Próxima entrega: “Por lo eclesiástico".

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16:19

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