Al cumplir 40 años como humilde sacerdote doy muchas gracias a Dios y le pido me conforte:
Bendiciendo a mi parroquia, protegiendo a las familias, cambiando los corazones y derramando alegría.
Ya pasó la juventud, es tiempo de madurez. Las semillas que sembré Dios les dará plenitud.
Que la Virgen me acompañe en los años que vendrán y me ayude a ser cristiano y sacerdote ejemplar.
Publicar un comentario