Dicen que tengo mi punto de adivino. No será para tanto, aunque compañeros tengo a los que hace meses les pronostiqué cosas que, efectivamente, se produjeron poco después. No soy echador de cartas, adivino o experto en horóscopos, tampoco leo los posos del café. Pero uno ve, se fija, ata cabos, y acaba concluyendo lo que es de cajón de madera de pino.
Franco. Vale. Que lo saquen del Valle de los Caídos. ¿Qué escribí hoy hace justamente cuarenta y ocho horas? Exactamente esto: “la pretensión es reconvertir el Valle de los Caídos en una especie de memorial de la memoria histórica, que, supongo muchos querrán memoria laica, con retirada de la cruz, desacralización de la basílica y marcha de los benedictinos". Como siempre, que si uno es un exagerado que no conviene crispar, que es momento para la serenidad, que ha dicho Pedro Sánchez a Ricardo Blázquez que no se tocan ni la cruz ni los benedictinos. Vale. El problema es que Pedro Sánchez tiene la misma credibilidad que la Tacones hablando del voto de castidad.
El mismo día que servidor escribía sus “exageraciones", este pasado jueves, se ha registrado en el Congreso de los Diputados una propuesta de ley, que hoy recoge Infovaticana, y que, entre otras cosas, dice lo siguiente: “Se procederá al desmantelamiento o demolición de aquellos elementos incompatibles con un Estado democrático, entre los que cabe destacar la monumental cruz-espada cuyo mantenimiento haría imposible el citado proceso de resignificación".
¿Y esto saldrá adelante? ¿Lo dudan? Pedro Sánchez, para llegar a donde ha llegado, nada menos que a presidente del gobierno de España, ha necesitado votos de mucha gente, especialmente de Podemos, que no tiene costumbre de darlos gratis. ¿Qué ha pedido Podemos? De momento la dirección general de Radio televisión española, y meterse a saco con la memoria histórica. Por supuesto se lo darán salvo sorpresas de ultimísima hora.
El caso es que en los pactos con las diferentes agrupaciones políticas, da toda la impresión de que la cosa de la Iglesia va a salir bastante mal parada. Lo del Valle de los Caídos difícilmente tendrá vuelta atrás, los acuerdos Iglesia-Estado se van a denunciar para alcanzar otro nuevo “basado en los principios de laicidad e igualdad entre mujeres y hombres", y a partir de ahí lo que queramos. Supongo que limitaciones a los actos públicos de fe. No me da miedo la enseñanza concertada porque no hay dinero para reconvertirla en pública, ya que una plaza concertada sale bastante más barata. Lo harán mejor: seguirá la enseñanza concertada pero con férreos controles en lo ideológico tipo “Eduación para la ciudadanía” o similar. La crucecita en la declaración del IRPF acabará desapareciendo y nos queda volver a los tiempos en que se mandaban delegados del gobierno a las misas para denunciar a los sacerdotes. Ya se sabe que los extremos se tocan.
Don Jorge, que exagera. Vale. Pero tal y como vienen las cosas, hay que estar al loro como Iglesia.
Acabo con una anécdota del cardenal Tarancón a poco de llegar Felipe González al poder. Estábamos comiendo unos sacerdotes con él y alguien le preguntó por una frase que él había pronunciado tiempo atrás en la que afirmaba que con gobiernos de izquierda la Iglesia vivía mejor.
- D. Vicente, ahora que gobiernan los socialistas, ¿sigue manteniendo esa frase?
- Me confundí. Yo creía que venían con buena intención.
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