Unas breves consideraciones sobre la conmemoración conjunta de luteranos y católicos

500 años de la rebelión protestante. Nosotros les habíamos dado muchas razones para la rebelión. Conozco muy los defectos de Lutero, como conozco los grabados antipapales de Durero. A mis 27 años leí los dos magistrales tomos del jesuita Villoslada. En esa época yo pensaba del mismo modo que todos los que han escrito posts, artículos y grabado vídeos contra Lutero. Pero después he madurado más en mi pensamiento.

A mis 27 años, cuando decía la palabra “fe”, tenía en mente la doctrina de las cartas de san Ignacio de Antioquía o las catequesis de san Ignacio de Jerusalén: es decir, los Santos Padres. Después de leer a Lutero (y madurarlo no pocos años) sus escritos enriquecieron mi visión de la fe salvadora. Un conocimiento ulterior del modo en que se vive la Biblia en muchas denominaciones protestantes de Estados Unidos, concretamente de allí, también cambió mi relación con la Biblia para siempre.

Adónde quiero ir con esto. La teología católica hoy día es suficientemente madura como para haber llegado a ese feliz punto en el que asumimos toda la verdad, todas las intuiciones, toda la teología (la que es asumible) incluso de Lutero. Incluso en el desarrollo teológico de Lutero que no es asumible en nuestro esquema dogmático, encontramos intuiciones, aspectos, brillos que no se nos habían ocurrido a nosotros o que habiendo aparecido en autores católicos, no habían aparecido en un estado tan puro y no habían sido suficientemente desarrollados.

Qué feliz momento poder vivir ahora esta madurez de la Iglesia como madre, de la legión de grandes pensadores que abrazan a Lutero diciéndole de corazón: te comprendemos.

No sólo le comprendemos, sino que entendemos su ansia vital de separación. Feliz momento en el que la Iglesia ha llegado a pensar de los hijos de Dios como siente el Padre Celestial: visión optimista, visión benigna. El padre sale al camino a abrazar al hijo pródigo sin recriminarle nada. El padre de esta parábola histórica (que dura 2000 años) reconoce sus defectos que también fueron causa de que el hijo partiera.

¿Soy un despreciable hereje modernista? En las palabras de Jesús, en las mismas que salieron de su santa boca, el hijo fiel que se queda en casa, resulta más fiel en el acto de quedarse en casa (la Iglesia) que en la fidelidad al mandato del amor.

¿Justifico la división, justifico la ruptura de la ortodoxia? Si me diera lo mismo la verdad, para mí sería lo mismo Lutero que el florentino León X: meros fenómenos de un universo neonominalista donde seríamos meros náufragos. Náufragos siempre sedientos de una Verdad imposible.

La doctrina que se sustenta sobre los pilares de los dogmas sigue siendo la misma. Pero ahora la comprendemos de un modo más profundo, más universal.

Let's block ads! (Why?)

11:00

Publicar un comentario

[facebook][blogger]

SacerdotesCatolicos

{facebook#https://www.facebook.com/pg/sacerdotes.catolicos.evangelizando} {twitter#https://twitter.com/ofsmexico} {google-plus#https://plus.google.com/+SacerdotesCatolicos} {pinterest#} {youtube#https://www.youtube.com/channel/UCfnrkUkpqrCpGFluxeM6-LA} {instagram#}

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets