1. – Para correr bien hay que despojarse de toda la ropa inútil que estorba.
Jesús dijo: “deja todo lo que tienes, dáselo a los pobres, ven y sígueme”.
Es difícil seguirle cargados con todo lo que tenemos.
2.- Para correr bien hay que entrenarse, someterse a disciplina.
Para ser cristiano de verdad necesitas la disciplina de la fe, el ejercicio de la caridad y el entrenamiento de la esperanza.
3.- Si no puedes correr, camina, anda.
Todo menos quedarte sentado a la vera del camino mirando cómo corren los demás.
Llega. Aunque no seas el primero.
Pero llega a la meta.
4. – Si no puedes correr al ritmo de los demás, no importa.
Tú corre al ritmo que Dios quiere de ti.
Así siempre llegarás al final.
5.- Para competir se prohíbe el doping.
Pero nadie te prohíbe que refuerces tus fuerzas y energías con una gran dosis de confianza y esperanza en Dios.
El camino no se hace en un día.
Sí caminando todos los días.
Recorre cada día lo del día.
No dejes lo de hoy para mañana.
Mañana sería demasiada tarea.
6. – Cuando no puedas más, cuando ya te sientas cansado y derrotado, aún no estás vencido. Todavía queda Dios para hacer posible lo que tú solo no puedes.
7. – Cuando hayas corrido la etapa de este día, no pienses que se ha terminado el camino. Mañana hay una nueva etapa.
Tú la puedes ganar.
Clemente Sobrado C. P.
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