No se crean que es fácil mantener un blog abierto y con una cierta repercusión, aunque no sea mucha. Un blog que a la vez sea interesante, curioso, fácil de leer, fiel a la doctrina, crítico en algunos momentos, capaz de suscitar reflexiones, de orientar y animar. Y miren que lo intento. Pero es que escribas lo que escribas la respuesta siempre acaba siendo múltiple.
Uno tiene sus incondicionales, tan buena gente, que casi digas lo que digas te aplauden. También los hay parcos en su forma de asentir, pero que básicamente están de acuerdo con lo que servidor suele exponer. Los hay que directamente así lo expresan en sus comentarios y los hay que me lo hacen saber por otros medios. La realidad es que son muchos los laicos, religiosos, sacerdotes, obispos y hasta algunos cardenales los que me animan y agradecen la labor que se hace. Es más, hace no mucho, un obispo de allende los mares me animaba diciéndome que hay cosas que se deben decir pero que los obispos no siempre deben hacerlo, y que eso me toca a mí. Que no me canse. Vale. Es una opinión que agradezco mucho. De los que más ánimo recibo es de sacerdotes.
Lectores tengo que quisieran un blog piadosito. Un rezo, una novena, la oración a san Expedito, meditaciones en torno al Santísimo Sacramento, comentarios quizá un tanto “new age” al evangelio. Esto y nada es lo mismo.
Otros me quieren más cañero. Cuántas cosas me llegan para comentar y a veces desde las propias curias. Pero no va por ahí la cosa ni es mi intención pasarme el día revolviendo inmundicias, que si hay que hacerlo se hace. Los hay que me quieren más prudente, que creo que bastante lo soy. Soy muy reacio a dar nombres y raramente hablo de cosas personales. De Madrid apenas. Simplemente porque hablar de las cosas exige una perspectiva y uno en Madrid está dentro. Otros lo harán mejor si hiciera falta.
El mismo post no es infrecuente que produzca reacciones diversas. Me ha pasado escribir un post, recibir felicitaciones de altas instancias y llamadas de atención de instancias de no menor altura. Así somos los humanos. Así son las cosas.
En este blog no busquen tres pies al gato ¿o sí? No anden escudriñando para enterarse de cosas de Madrid, porque de Madrid no hablo ¿o sí? Intento ser fiel a la doctrina, eso sin interrogante, y fiel al papa Francisco, fiel sin servilismo. Vamos, que si algo de lo opinable no me convence lo diré. No pasa nada. Al papa le puede parecer fundamental la ecología y a un servidor no, y supongo que podré decirlo, que una cosa es fidelidad y otra peloteo.
No es fácil mantener un blog. En Infocatólica llevo ocho años, pero antes llevaba otros siete en otro alejamiento. Y aquí seguimos.
Y a todos los que me dicen qué debería escribir, hacer, deshacer, contar o recontar o medio contar, o que me reprochan que administre el blog de forma más o menos acertada según ellos, decirles que en la red hay montón de portales donde abrir su propio blog, con nombre y apellidos. Que espero que lo abran y que dentro de diez o quince años tengan un éxito rotundo.
Por Madrid, bien. O no. O solo a medias. O esperando, o barruntando. O muy bien. ¿Truenos? ¿Arco Iris? Nunca se sabe como pueden romper los nubarrones. La Codorniz hoy no tendría lectores.
Publicar un comentario