La primera vez que Rafaela escuchaba la palabreja: Kigali. La pronunció don Jesús en el sermón del domingo, donde, sin saber muy bien a cuento de qué venía, dijo que en estos tiempos era una buena noticia para los católicos y para todo el mundo que la Santa Sede hubiera decidido a adherirse a la enmienda Kigali al protocolo de Montreal, ya que eso garantizaba una mayor protección del medio ambiente y en especial del agujero de ozono.
Muchas palabras nuevas para Rafaela en tan poco tiempo. Entre Kigali, Montreal, y los protocolos del ozono ese, se estaba perdiendo, quizá porque estaba acostumbrada a otras cosas, como los mandamientos, los sacramentos y la moral cristiana, pero los tiempos son lo que son.
Ni tiempo de hablar con don Jesús el domingo, pero mira por donde se lo encontró al día siguiente.
- A mí, le dijo ella, me tiene que explicar algunas cosas, porque es que me pierdo. Lo del Kigali ese o como se diga y lo del ozono y todo eso, porque no me aclaro. Y usted aún menos. A ver, don Jesús, seamos claros. Usted lleva en el pueblo diez años más o menos si la memoria no me falla. Quinientos habitantes más o menos. ¿Hacemos cuentas?
- Las cuentas de la parroquia, Rafaela, se ponen cada año en la cartelera.
- Ya, pero yo digo otras.
- ¿Otras?
- Sí. Diez años. ¿Bautizos? No llegan a media docena. ¿Bodas? Una. ¿Primeras comuniones? Una o dos por año, y este año, ninguna. ¿Gente que venga a misa el domingo? En verano algo más, en invierno no llegamos a veinte. Hasta hemos tenido dos entierros sin sacerdote, que ya es lo último. ¿Me explico?
- Es una forma de verlo, pero yo creo que con lo del agujero de ozono nos jugamos mucho…
- Ya. Que no tenemos otra urgencia ni nada mejor que nos preocupe que lo del Kigali ese.
Así son las cosas. En España, en apenas veinte años, las bodas por la Iglesia han pasado del 70 al 20 %. No se bautizan ni la mitad de los niños que nacen. Descienden las primeras comuniones y el porcentaje de españoles que se declara agnóstico aumenta, a la vez que crece la agresividad contra la Iglesia católica. Seguimos viviendo de una inercia de siglos que pierde fuerza por momentos. Hoy los cambios son rapidísimos y en pocos años el mundo se está volviendo del revés. No pasa nada. Lo importante es la enmienda Kigali.
No necesito los datos de don Jesús. Párroco de tres pequeños pueblos desde noviembre del 2017. Entre los tres, no llegan a los quinientos empadronados. Llevo dos bodas, creo que media docena de bautizos y cuatro primeras comuniones. Y eso que en los pueblos dicen que se mantienen algo mejor las tradiciones. Si hay que alegrarse por la enmienda Kigali, sea. Pero en este momento no es lo que más me preocupa, entre otras cosas porque Rafaela sabe reciclar y separar basuras, y con ella lo saben todos.
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