Eso he tenido que escuchar: así que de ejercicios con sacerdotes de Alcalá de Henares… Pobres curas, tienen al obispo más carca de España. Menudo ultraconservador.
Me resulta increíble que gente medio formada, entre la que incluyo deliberadamente a algunos compañeros sacerdotes, descalifiquen a un obispo sin más que soltar un par de adjetivos. Es la dialéctica del momento. Hoy sería impensable una discusión teológica de nivel medianejo entre supuestos teólogos, entre los cuales coloco a algunos sacerdotes. En algunos colectivos todo se reduce a este es progre, este es carca. Las consecuencias son terribles: al supuesto progresista se le consiente todo porque es progre y al supuesto conservador se le niegan el pan y la sal porque es carca. Sin más.
¿Qué saben de D. Juan Antonio? Posiblemente nada más que un par de titulares de prensa, dos fragmentos de alguna homilía colgada en Facebook y las continuas descalificaciones de su ministerio realizadas básicamente por los colectivos esos LGTBI. Y nada más.
A la hora de valorar el ministerio episcopal me atrevo a sugerir algunas pistas tomadas de lo que podemos leer en el Código de derecho canónico, cánones 381 – 402:
- Por ejemplo, si se preocupa de sus sacerdotes: “a quienes debe oír como a sus cooperadores y consejeros, defienda sus derechos y cuide de que cumplan debidamente las obligaciones propias de su estado, y de que dispongan de aquellos medios e instituciones que necesitan para el incremento de su vida espiritual e intelectual; y procure también que se provea, conforme a la norma del derecho, a su honesta sustentación y asistencia social”.
- Si cultiva las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, porque el seminario es una de las señales del ministerio del obispo: “Fomente el Obispo diocesano con todas sus fuerzas las vocaciones a los diversos ministerios y a la vida consagrada, dedicando especial atención a las vocaciones sacerdotales y misioneras”.
- Interesante preguntarse si predica la integridad de la fe y se preocupa de que las cosas se hagan como pide la Iglesia: “El Obispo diocesano debe enseñar y explicar a los fieles las verdades de fe que han de creerse y vivirse, predicando personalmente con frecuencia; cuide también de que se cumplan diligentemente las prescripciones de los cánones sobre el ministerio de la palabra, principalmente sobre la homilía y la enseñanza del catecismo, de manera que a todos se enseñe la totalidad de la doctrina cristiana”.
- Es bueno también saber si el obispo se preocupa de que la sagrada liturgia se celebre en toda la diócesis observando las normas establecidas.
- También intentemos conocer si las cuentas le salen… que no es cosa baladí.
- Y la vida de Cáritas. Es decir, si los pobres son realmente atendidos.
- Por supuesto si es fuente de comunión con todos. Si está con todos.
Es decir, ese supuesto carca, D. Juan Antonio Reig Pla, ¿por qué se supone que es tan malo? ¿Tiene abandonados a sus sacerdotes? ¿Y vocaciones al sacerdocio? Ahora mismo creo que son 45 los seminaristas de Alcalá. ¿Alguna vez ha predicado algo en contra de la doctrina de la Iglesia? ¿Es un obispo que tenga miedo? ¿Celebra según lo establecido? ¿Le salen las cuentas? ¿Funciona Cáritas? ¿Entonces por qué es tan malo?
Pero claro, te encuentras con el cura más que progre, progreta de boquilla, acostumbrado a celebrar como le da la gana, predicar sin preparar nada, trabajar poco y estar todo el dia de cuchipandeo con el cuento de los pobres y cuando llega un obispo y le canta las cuarenta entonces que si el obispo es autoritario y no respeta la libertad. Es muy viejo.
Curiosamente al obispo progre se le consiente todo. Por ejemplo, que se niegue a hablar de ciertas cosas por prudencia o por acongoje, que permita que se celebre la liturgia de cualquier modo y manera, que las cuentas no le salgan hasta extremos casi de ruina, que tenga una diócesis sin vocaciones. No pasa nada. Basta que se haga la imagen de progresista y que hable de estar con los pobres. Ya está. Si encima es simpático con todos y relativista en teología, tanto liturgia como moral y dogma, entonces no es que sea guay, es que es guay del Paraguay y del Uruguay.
A D. Juan Antonio lo conocía de algún saludo y de muchas oídas y leídas. Estos días de ejercicios en Alcalá tuve la oportunidad de charlar con él abiertamente y me causó una excelente impresión. Pero hay algo aún más interesante: el cariño de sus sacerdotes, que eso dice mucho.
A D. Juan Antonio no le debo nada más que la confianza de llamarme para los ejercicios a un grupo de sus sacerdotes, que ya es mucho. De él no espero nada porque no es mi obispo. Pero es que despachar veinticuatro años de obispo y casi once de obispo de Alcalá de Henares con un simple “ese es un carca” me parece de un infantilismo patético. Pero es lo que hay. En política y en todo. Ponga el adjetivo progresista y es chupi lerendi. Ponga carca, conservador o tradicionalista y se hará merecedor de los mayores oprobios. Sin otra reflexión. Así estamos.
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