Como conclusión a los posts anteriores, expongo algunas conclusiones sobre el tema de los horarios del culto en las catedrales. Ya estaba todo dicho, pero añado algunos datos más para el que le interese. (No recuerdo de dónde era este coro de canónigos.)
Gracias al trabajo de Alicia Martín Terrón (y a Alfonso que nos lo proporcionó a este blog), sabemos por el Reglamento del campanero de la Catedral de la Catedral de Coria (1898) cuáles eran los horarios en ese templo. podemos imaginar que, en el resto de catedrales españolas, eran parecidos.
Aunque hay variaciones, según sea invierno o verano, podemos resumir el horario de esta manera:
Prima: en verano a las 8:00, en invierno a las 9:00
Misa mayor: después de tercia
Nona y vísperas: 2:00
Completas: 3:00
Maitines: 4:00
Como curiosidad, se prescriben estos toques de campana en esta situación:
Articulo 30.º Cuando muera el Señor obispo Se tocará á la agonia, cualquiera que sea la hora de su fallecimiento, dando seis campanadas en la campana mayor, y despues tres toques con todas las demas á medio vuelo y la mayor á badajo (pero con pausa); lo mismo se hará, mientras esté de cuerpo presente, á la Aurora, mediodia y toque de oracion, y tambien durante los oficios hasta el Sepelio.
Quede constancia que, cuando me planteé conocer qué horario podía haber en una catedral para el coro de canónigos y os pedí vuestra ayuda, nunca me imaginé que este tema iba a ser ejemplo máximo de esa colaboración y discusión del asunto.
Habiéndonos quedado claro también (gracias a I see dead cats) que en Toledo hubo una época en la que un celoso obispo quiso que se rezaran los maitines en mitad de la noche. Dato curiosísimo.
Por el trabajo de Susana Villaluenga de Gracia en su artículo “La remuneración y el control del servicio cultual en la Iglesia de Toledo (S. XVI)” sabemos que la catedral de Toledo llegó a tener 54 canónigos. Aunque el coro estaba nutrido de esta manera:
En 1549, según cuenta el doctor Blas Ortiz, el cabildo mantenía 600 oficiales y ministros19, entre ellos 444 beneficiados "cuio número no podrá contar oy ninguna iglesia si no es la de Toledo". Así, eran beneficiados de la Iglesia: el arzobispo, 14 dignidades, 40 canónigos prebendados, 50racioneros, 20 canónigos extravagantes, 48 capellanes del coro, 37 sacerdotes estipendiarios, 40 clerizones o muchachos, de los cuales se elegían 6 para la música, los seises, 194 capellanes de las capillas con algunos sacristanes y clerizones.
El conocimiento de la Historia me lleva a concluir que aquellos tiempos en que las catedrales eran micromundos no siempre fueron tiempos envidiables. En muchos aspectos, la Iglesia se ha purificado mucho. Cualquier tiempo pasado tendemos a idealizarlo. Solo conocer cómo funcionaban los coros de canónigos nos hace entender cuánta desviación existía en los mismos corazones de las diócesis.
Amo la Historia, pero prefiero la Iglesia actual.
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