La liturgia diaria meditada - Cuando venga el Paráclito, él dará testimonio de mí. (Jn 15,26-16,4) 07/05

Lunes 07 de Mayo de 2018
VI de Pascua
Blanco.

Martirologio Romano: En Roma, conmemoración de santa Domitila, mártir, que, siendo hija de la hermana del cónsul Flavio Clemente, fue acusada durante la persecución bajo el emperador Domiciano de haber renegado de los dioses paganos y, por ello, por su fe en Cristo, junto con otros muchos cristianos fue desterrada a la isla de Ponza, en el Lacio, en la que padeció un prolongado martirio (s. I/II).

Antífona de entrada         Rom 6, 9
Cristo, después de resucitar, no muere más, porque la muerte ya no tiene poder sobre él. Aleluya.

Oración colecta    
Dios misericordioso, concédenos experimentar en todo tiempo los frutos del misterio pascual que hoy celebramos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas        
Recibe, Señor, las ofrendas de tu Iglesia desbordante de alegría, y después de haberle concedido el motivo de un gozo tan grande, concédele participar de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de comunión        Jn 20, 19
Jesús, poniéndose en medio de sus discípulos les dijo: “La paz esté con ustedes”. Aleluya.
Oración después de la comunión
Padre, mira con bondad a tu pueblo y, ya que lo has renovado con los sacramentos de la vida eterna, concédele alcanzar la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Lectura        Hech 16, 11-15
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
En aquellos días, nos embarcamos en Tróade y fuimos derecho a Samotracia, y al día siguiente a Neápolis. De allí fuimos a Filipos, ciudad importante de esta región de Macedonia y colonia romana. Pasamos algunos días en esta ciudad, y el sábado nos dirigimos a las afueras de la misma, a un lugar que estaba a orillas del río, donde suponíamos que se hacía oración. Nos sentamos y dirigimos la palabra a las mujeres que se habían reunido allí. Estaba escuchando una de ellas, llamada Lidia, negociante en púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios. El Señor le tocó el corazón para que aceptara las palabras de Pablo. Después de bautizarse, junto con su familia, nos pidió: “Si ustedes consideran que he creído verdaderamente en el Señor, vengan alojarse en mi casa”; y nos obligó a hacerlo.
Palabra de Dios.
Comentario
Es la primera vez que Pablo y Silas tocan territorio europeo. Y allí encuentran a Lidia, una comerciante, jefa de familia y extranjera radicada en Filipos, que recibe la buena noticia y la transmite a los suyos. Luego, esta mujer y su familia, como muchas familias de hoy, ofrecen su casa y hospitalidad a los evangelizadores. Por eso se convierten en piedras vivas de la Iglesia.
Salmo 149, 1-6a. 9b
R. ¡El Señor ama a su pueblo!
Canten al Señor un canto nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que Israel se alegre por su Creador y los hijos de Sión se regocijen por su Rey. R.
Celebren su Nombre con danzas, cántenle con el tambor y la cítara, porque el Señor tiene predilección por su pueblo y corona con el triunfo a los humildes. R.
Que los fieles se alegren por su gloria y canten jubilosos en sus fiestas. Glorifiquen a Dios con sus gargantas; ésta es la victoria de todos sus fieles. R.
Aleluya        Jn 15, 26b. 27a
Aleluya. “El Espíritu de la Verdad dará testimonio de mí, y ustedes también dan testimonio”, dice el Señor. Aleluya.
Evangelio     Jn 15, 26—16, 4
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí. Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio. Les he dicho esto para que no se escandalicen. Serán echados de las sinagogas, más aún, llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios. Y los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Les he advertido esto para que cuando llegue esa hora, recuerden que ya lo había dicho. No les dije estas cosas desde el principio, porque yo estaba con ustedes”.
Palabra del Señor.
Comentario
Jesús profetiza todo lo que ocurrirá a causa del odio del mundo. A lo largo de los siglos, muchos hombres y mujeres de fe han sufrido la persecución y la muerte. Ellos han sido testigos de Cristo, pues han hecho el camino de Jesús y renunciado al odio a sus enemigos.
Oración introductoria 
"Ven Espíritu Creador, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo. Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego...". (De un himno al Espíritu Santo). 
Petición 
Espíritu Santo, inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, lo que debo escribir, lo que debo hacer, cómo debo obrar para procurar el bien de los hombres. Amén 
Meditación 
Hoy, en el evangelio Jesús anuncia y promete la venida del Espíritu Santo: «Cuando venga el Paráclito (…) que procede del Padre, Él dará testimonio de mí» (Jn 15,26). “Paráclito” literalmente significa “aquél que es llamado junto a uno”, y habitualmente es traducido como “Consolador”. De este modo, Jesús nos recuerda la bondad de Dios, pues siendo el Espíritu Santo el amor de Dios, Él infunde en nuestros corazones la paz, la serenidad en las adversidades y la alegría por las cosas de Dios. Él nos hace mirar hacia las cosas de arriba y unirnos a Dios.
Además Jesús dice a los Apóstoles: «También vosotros daréis testimonio» (Jn 15,27). Para dar testimonio es necesario:
1º Tener comunión e intimidad con Jesús. Ésta nace del trato cotidiano con Él: leer el Evangelio, escuchar sus palabras, conocer sus enseñanzas, frecuentar sus sacramentos, estar en comunión con su Iglesia, imitar su ejemplo, cumplir los mandamientos, verlo en los santos, reconocerlo en nuestros hermanos, tener su espíritu y amarlo. Se trata de tener una experiencia personal y viva de Jesús.
2º Nuestro testimonio es creíble si aparece en nuestras obras. Un testigo no es sólo una persona que sabe que algo es verdad, sino que también está dispuesta a decirlo y vivirlo. Lo que experimentamos y vivimos en nuestra alma debemos transmitirlo al exterior. Somos testigos de Jesús no sólo si conocemos sus enseñanzas, sino —y principalmente— cuando queremos y hacemos que otros lo conozcan y lo amen. Como dice el dicho: «Las palabras mueven, los ejemplos arrastran». 
Es el Espíritu Santo quien cuida para que nuestra "fe no tropiece" y, al mismo tiempo, es el "consuelo" en nuestras caídas y dificultades. No nos tiene que resultar extraña una relación personal con el Espíritu Santo, pues es la tercera persona de Santísima Trinidad. Es Él quien nos lleva a dar un verdadero testimonio de nuestra fe, pues Él nos muestra a Cristo ("Él dará testimonio de mí") y nos lleva a testimoniarlo a todos los que están a nuestro alrededor ("y ustedes también darán testimonio"). 
Propósito 
Para dar espacio al Espíritu Santo en mi alma, intentaré leer algún pasaje de la Sagrada Escritura o algunas páginas de un libro espiritual para nutrir mi fe. 
Diálogo con Cristo 
Jesús, quiero agradecerte por el don del Espíritu Santo. Tú sabes cuántas veces mi alma está cansada y agobiada de las preocupaciones y atareos de mi vida. Es en esos momentos cuando más necesito al "Consolador". Dispón mi alma para que siempre esté pronto a escucharle y a seguir lo que me pide. Amén 

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