Respecto a USA. Un sistema electoral que, de forma usual, acaba en los tribunales no es un buen sistema electoral. En casi todos los países avanzados, los resultados son tan claros que nunca es necesario recurrir a otras instancias para que aclaren las cosas.
Peor todavía si el sistema de una nación de 328 millones de habitantes, hace que la presidencia acabe en unas manos o en otros por unos cuantos miles de votos. Es el terreno perfecto para que algún año electoral haya problemas realmente graves, objetivamente graves, en que no se sepa a quién pertenece la presidencia. Se podrían repetir las elecciones en ese estado, pero para qué crear problemas y desconfianza en la población cuando el sistema puede ser seguro en vez de inseguro.
Y ya no digamos nada del voto por correo. Sin duda, la parte más oscura de este oscuro laberinto. Esperemos que no haya problemas por ese lado porque sería necesario todo un post para hablar de todos los “peros” que un candidato puede poner a las papeletas si el resultado es ajustado en un estado decisivo.
Todo esto debería haberse abordado con calma hace años con espíritu de colaboración entre los dos partidos. Pero sabemos que si usted, lector mío, es procrastinador, los políticos de todas las naciones son procrastinadores profesionales.
Como digo en mi ensayo La decadencia de las columnas jónicas hay mecanismos constitucionales que, de por sí, son generadores de problemas y conflictos. Como norma general, cuanto más complicado es un mecanismo constitucional, más posibilidades hay de hacer “jueguecitos” con las reglas.
Sería interesante buscar si hay algún país del mundo donde haya una democracia en la que exista un espíritu de colaboración entre los representantes del Pueblo. Si ese país existe, sería interesante estudiarlo.
Se piensa que la confrontación es necesaria para la libertad. Pero lo cierto es que la confrontación innecesaria, cuando adquiere ciertos niveles, acaba siendo muy perjudicial para el mismo sistema democrático.
La democracia se basa en que el Pueblo elige sus representantes, no que esos representantes se dediquen a bloquearse entre sí sin tregua e incluso contra el bien común.
Tampoco estoy diciendo que hubo una edad de oro en que la democracia fue maravillosa y ahora hemos descendido a lo que tenemos. Todas las democracias han tenido problemas iguales o peores que nosotros. Pero debemos mejorar las cosas. No podemos quedarnos de brazos cruzados ante los problemas.
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