En el Reino Unido, unos padres han logrado que el colegio de sus hijos ofrezca una alternativa de su gusto a los alumnos que no quieren participar en actos religiosos.
Esta acomodación por parte de la escuela a las convicciones de esos padres es la misma que reclaman para sus hijos otros progenitores ante enseñanzas que contradicen su visión de la familia y la sexualidad.
Burford Primary School, en Oxfordshire, es una escuela pública gestionada por una entidad no estatal, una fórmula que incentivó el gobierno laborista de Tony Blair y que reforzó la coalición entre conservadores y liberaldemócratas liderada por David Cameron.
Lee y Lizanne Harris, que son ateos, matricularon a sus dos hijos en Burford Primary School, el único colegio público en su zona. Posteriormente, en 2015, se hizo cargo del centro el Oxford Diocesan Schools’ Trust (ODST), un consorcio de escuelas promovido por la Iglesia anglicana. Desde entonces el colegio asumió como parte de su identidad los valores cristianos en sentido amplio, pero sigue sin ser confesional.
aceprensa.com
Juan Ramón Domínguez Palacios
Publicar un comentario