Lo tengo comprobado y más que repetido. Todo aquel que pretenda quedar bien con todos lo único que conseguirá será no acabar bien con nadie. Pobre Iglesia nuestra.
No seamos ingenuos, por favor. Ante la Iglesia de Cristo hay gente a favor, gente indiferente y gente que ataca con todos los medios a su alcance. Y esto de atacar es desde el siglo I, y si no ahí tenemos a los mártires. Loa de entonces, y los de ahora. Posiblemente la mayor persecución religiosa contra cristianos la hemos sufrido en el siglo XX. Hay gente que odia a la Iglesia a los católicos. Punto. No es momento de guerra santa ni de gritar a por ellos, pero sí de saber dónde estamos y al menos andarnos con ojo. Hablo de mártires, y hablo de disidencias varias.
Si es hacia dentro, por la cosa de que no nos llamen autoritarios, se ha decidido, por quien pueda hacerlo, hacer juegos malabares para que todo el mundo se sienta a gusto. Sí, claro que Cristo es camino, verdad y vida. Pero… también hay otros caminos, hay que sumar, coincidir, agregar. Mal negocio. La liturgia es la liturgia, pero a la vez se puede innovar, ser creativo, alternativo, inclusivo y jamás normativo. Los mandamientos son lo que son, pero pueden ser otra cosa, y si no que pregunten a los alemanes, que por una parte piden apertura y por otra niegan sacramentos a quien no paga el impuesto católico.
¿Qué el mundo hoy no entiende la trascendencia y prefiere la cosa de la solidaridad y la nueva moda de lo ecológico? Sea. Nosotros más solidarios y ecológicos que nadie. Lo que haga falta.
Con la clase política, con los herederos de los que intentaron aniquilar la fe católica en la España de los años 30, nos creemos que lo acertado es acudir con la sonrisa, hacernos los tontos y ponernos de perfil. Ahora nos ha estallado en las narices, porque es así, lo de la exhumación de los restos del general Franco y su traslado al cementerio de Mingorrubio. Ahí están los benedictinos del Valle aguantando hasta ver policía dentro de la abadía y dentro de la basílica y soportar no poder acceder a la basílica. La gente se pregunta si por mucha audiencia nacional que lo ordene, esto es posible.
Los resultados de esta política de amabilidad, comprensión, acogida y buenismo general no pueden ser más desastrosos. La práctica religiosa en España se ha desplomado, como lo reconoció en su momento el mismo obispo secretario de la conferencia episcopal, los conventos cierran a diario y pintar, pintamos más bien poco. Como era natural los que estaban fuera no solo no vienen, sino que se ríen de nuestras subidas de sotana que dejan vulnerable el traspuntín. Lo malo es que hay mucha gente de dentro que no es que se largue, sino que ha decidido vivir su fe de forma intimista y pocos líos.
El ponerse de perfil con lo del Valle tampoco ha sido el mayor acierto. Ningún marxista va a empezar a venir a misa los domingos porque no se haya producido gesto alguno desde nuestros obispos. Ningún indiferente se va a hacer católico por eso. A cambio, estamos consiguiendo cabrear a muchos de los nuestros, que no es que pidieran hoy una guerra santa, pero sí al menos salvaguardar los derechos de la Iglesia y responder a sus deberes.
Sí, me dirán católicos ultraconservadores, ultracatólicos. Todo lo que quieran. Pero son los que van a misa y dan dinero, y son familias que, además, aportan vocaciones.
Me dirán que exagero. Puede ser. Pero en la plaza de San Pedro cada vez menos gente. Ayer el Papa Francisco celebró la jornada misionera en el interior de la Basílica de San Pedro y el próximo domingo la clausura del sínodo panamazónico también en el interior.
Por cierto, me dicen que entre los pueblos amazónicos los evangélicos ya nos superan a los católicos. Pues nada. A sostenella y no enmendalla.
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