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José Manuel Horcajo -párroco de Madrid y gran amigo- es uno de esos sacerdotes, como tantos otros, que no ha cesado su actividad parroquial desde que comenzó el estado de alarma debido al coronavirus. Párroco de San Ramón Nonato en el barrio madrileño de Puente de Vallecas, vive en un piso solo, a escasos metros de la parroquia.
Uno de los momentos más tristes que ha vivido durante esta crisis mundial fue la pérdida de su amigo, Guilermo Gómez, primo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el primer contagiado que ingresó en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Un funeral online
"El funeral, celebrado el pasado 23 de marzo, se retransmitió por nuestro canal YouTube y al final pudieron asistir su mujer Pilar y sus cinco hijos. Se unieron muchos familiares y amigos de manera online y la misa ha superado las 700 visualizaciones", cuenta el P. Hocajo a Religión Confidencial.
Guillermo estuvo 20 días en el hospital sin poder ver a su familia. Unas horas de antes que falleciera, llamaron a su mujer para que se despidiera de él y el P. Horcajo pudo administrarle la unción de enfermos, forrado hasta arriba con el traje de protección y doble guantes. "Ahora creo que ya ni siquiera los capellanes de hospitales pueden impartir los óleos sagrados" afirma el sacerdote a RC.
Guillermo y Pilar formaban parte de la pastoral de la parroquia, dirigían el Centro de Orientación Familiar (COF) y apadrinaban a parejas con problemas.
Abrir o no la parroquia
Este ha sido uno de los momentos más dramáticos que ha vivido el P. Horcajo durante esta pandemia. Habla muy a menudo con la viuda para darle consuelo.
Sabedor de que hay muchas necesidades en estos momentos, Horcajo, respetando el decreto del Gobierno, abre la parroquia todos los días de 10 de la mañana a 8 de la tarde. A las 9.30 de la mañana celebra la misa que se emite en directo desde su canal YouTube y desde facebook Live. Su canal está más activo si cabe en estos días.
"Pero ayer nos cerró la Iglesia la policía.En un tono muy cordial, les comenté que el artículo 11 del Decreto del Gobierno permite mantener abiertos los lugares de culto, siempre que se respeten las normas sanitarias, aunque no pueden celebrarse eucaristías. Sin embargo, el segundo decreto ciertamente da potestad a las autoridades para clausurar el templo si lo considera necesario. Creo que hay un poco de ambigüedad en el Decreto", afirma el sacerdote.
Ciertamente, algunas personas sin techo se refugian en la parroquia y de vez en cuando, se acerca algún feligrés a la Iglesia después de hacer la compra. Es una necesidad para un católico. El P. Horcajo ha podido confesar a alguno de ellos. Sin embargo, aclara: "Según el Decreto, las personas no se pueden salir a la calle para ir a los lugares e culto, aunque sí se permite que estén abiertos. Es algo contradictorio. En la puerta de la parroquia tengo puesto el artículo 11 del Decreto por si la Policía me dice algo".
Comedor de San José abierto
Pero la gran labor de la parroquia, que mantiene abierta el sacerdote, es el comedor social San José de San Ramón Nonato: unas 250 personas indigentes y sin recuerdos acuden diariamente a por alimento. Esta solidaridad se realiza, como no podía ser de otra manera, con el permiso de la policía que muchos días observan cómo se reparten los alimentos.
Sin ir más lejos, el otro día, El P. Horcajo se acercó con su furgoneta al Hotel Villamanga a recoger todos los alimentos que el establecimiento les había donado.
"He tenido que expedir permisos a los voluntarios para que puedan continuar ejercitando esta labor. Algunos comedores han cerrado y nos han trasladado al nuestro a las personas que acudían a ellos", apunta el sacerdote.
Así, por la mañana entregan unos 150 bocadillos en bolsas con su bebida. Los necesitados se ponen en fila guardando la distancia oportuna y se llevan la bolsa cada uno.
Además de las bolsas con bocadillos, preparan unos 60 tupperware. "Cada persona se trae el suyo bien lavado, y les ponemos la comida. Por último, también tenemos un buen grupo que viene a comer todos los días y entran de 4 a 4 al comedor", cuenta el párroco del Puente de Vallecas.
De momento, no se ha contagiado ningún voluntario. Todos guardan las medidas sanitarias reglamentarias como se puede ver en el siguiente vídeo.
Acompañamiento y unción de enfermos
Así mismo, los voluntarios de la parroquia están acompañando a muchas personas que viven solas: les llaman por teléfono, les dan conversación, les hacen la compra o le compran medicinas.
Además de esta labor social, el P. Horcajo continua con sus medios de formación y evangelización a través de vídeos formativos que prepara diariamente. El de ayer por ejemplo se tituló: "Las obras de Cristo".
Preguntado si impartiría la unción de enfermos a algún enfermo a punto de morir en su casa, José Manuel Horcajo dice rotundo que sí, aunque matiza: "En estos momentos, las autoridades no permiten impartir este sacramento a personas contagiadas".
"Por este motivo, a los capellanes de hospitales se les está permitiendo excepcionalmente dar absoluciones generales de forma presencial pero alejados del enfermo, porque "el sacramento de la penitencia siempre tiene que ser presencial", afirma Horcajo.
Una parroquia viva que no cierra en estos días y que velan como tantos sanitarios y otros profesionales,,de los demás.
religionconfidencial.com
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