–Perdone, pero el tema me parece prescindible, por ser muy personal.
–Pienso lo mismo que usted. Sin que sienta precedente.
La imagen puede interpretarse: «A los 84, en invierno, imposible sin boina».
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Bruno M.: «¿Por qué calláis, padres, cuando vuestras ovejas somos maltratadas, se ataca nuestra fe y se pisotea la enseñanza de la Iglesia?»… Es una certera pregunta que hace Bruno en su impresionante artículo Tienen otra religión (InfoCatolica, 19.X.2019).
Feri del Carpio Marek le responde en un comentario:
«Tal vez la respuesta la puedes encontrar aquí mismo, si le preguntas al Padre Iraburu, a quien respeto mucho y tengo sincero cariño, por qué ya no nos da palabras de luz y de verdad como acostumbraba hacer en otros tiempos. A la respuesta que él te dé, haciendo algún evidente mutatis mutandis, se la puede aplicar a los obispos que invocas».
Bruno. «El P. Iraburu es el editor de InfoCatólica y sería muy difícil encontrar otro medio en el que se hayan combatido más (y sigan combatiéndose) los errores contrarios a la fe que en este portal, siempre manteniendo el respeto debido a los sucesores de los apóstoles. Todos esos errores que menciono en el post se han refutado aquí multitud de veces. Y este mismo post lo he escrito yo, pero como parte de InfoCatólica [y consultados Editor y varios consejeros] y, por lo tanto, bajo la guía y dirección del P. Iraburu.
«Eso no es silencio, es exactamente lo contrario. Ojalá hicieran lo mismo los obispos».
Feri replica:
«Bueno, Bruno, pero reconocerás que no es lo mismo un artículo firmado por un laico, en este caso tú, por muy editor que sea el P. Iraburu, que un artículo con su propia firma, que como sacerdote de Cristo tiene la autoridad docente que no tiene un laico».
Bruno responde: «Que dos cosas sean diferentes no es un argumento sobre su idoneidad. Un chocolate con churros y unos huevos con chorizo no son lo mismo, pero ambas cosas están muy buenas y son muy apropiadas cada una en su momento.
«Si un obispo editase una publicación, con su nombre en la portada, en la que se denuncian expresamente los errores que se están extendiendo por toda la Iglesia mediante artículos de diversos autores, nunca se me ocurriría criticarle por guardar silencio en público, porque no lo estaría haciendo. Simplemente estaría usando la herramienta más apropiada a su entender, pero sin dejar de dar la cara públicamente por la verdad. Lo que importa, una vez más, es cumplir el deber episcopal objetivo de defender públicamente la fe que es atacada públicamente, incluso por otros obispos.
«Por otra parte, el padre Iraburu, que no tiene ese deber específico episcopal, ha escrito multitud de artículos sobre buen número de los errores citados. Nosecuantísimos solo sobre Amoris Laetitia, por ejemplo. Sobre otros temas, según lo que den de sí sus conocimientos del tema en particular, su tiempo y sus fuerzas (porque tiene ochenta y cuatro años, si no recuerdo mal). Creo que es evidente que el P. Iraburu ha cumplido más que de sobre su deber de defender publicamente la fe sin miedo a las consecuencias. Es más, es conocido precisamente por eso. Ojalá los obispos siguieran su ejemplo».
Feri muestra su acuerdo:
«Entendido, Bruno, y además de acuerdo con lo que dices. Es simplemente que como vi un silencio notorio del P. Iraburu en comparación con otros tiempos en los que escribió, como dices “nosecuantísimos” artículos denunciando errores y aclarando la verdad, pensé que podría haber algún motivo particular desconocido por mí que podría también aclarar el silencio de muchos buenos obispos; pero por lo que dices no es el caso, y lo dejo ahí. Lejos de mis intenciones sugerir siquiera una crítica al P. Iraburu, que como dices, todo lo que ya ha escrito lo constituye en un gran profeta de Dios para nuestros tiempos».
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José María Iraburu, por alusiones.
–Feri del Carpio encarga en su primer comentario a Bruno que pregunte al P. Iraburu «¿por qué no da ahora palabras de luz y de verdad, como acostumbraba antes». Y sugiere –sin afirmarlo– que pudiera yo «callarme» por las mismas razones que asisten a los buenos y callados «obispos que invoca» Bruno…
La pregunta tiene bemoles. Lo normal sería que yo la ignorase. Pero trataré de responderla por ser quien es Feri –fiel comentador de InfoCatólica desde hace años– y porque otros habrá que se hagan la misma pregunta.
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Un autor puede disminuir o modificar el campo más o menos frecuente de sus publicaciones por innumerables razones: familia, salud, carga de nuevos trabajos, obediencia, cansancio, etc. Y no es discreto pedirle que «justifique» sus decisiones comunicándolas a los lectores. Si lo estima prudente, de él saldrá hacerlo. Si no lo hace, él sabrá por qué. Santo Tomás, en la Summa, trata de la vana curiositas con gran severidad (II-II, 167).
Llevo publicados 556 artículos en mi blog desde 2009. Cuando llegué al (450), el 5 de septiembre de 2017, cumplidos los 82 años, vi que tenía demasiado trabajo encima, y que estando yo con menos fuerzas y más trabajos, me resultaba imposible mantener mi artículo semanal. Inicié entonces la serie Evangelización de América, que me costaba menos porque versaba sobre temas que ya había investigado y publicado; y que por tratar de cuestiones históricas, hacían lógico que llevaran los comentarios cerrados. Los datos históricos son con frecuencia discutibles, y no estaba ya para discutirlos, pues para hacerlo era necesario muchas veces reinvestigar un dato.
Pero también quise escribir sobre la Evangelización de América porque estaba, y estoy, convencido de que la serie podía hacer mucho bien a nuestros lectores infocatólicos, que son el 63% de nuestros visitantes. La Leyenda negra sobre el descubrimiento y la evangelización de América –la obra misionera más grande de la historia de la Iglesia, después de le primera de los Apóstoles– hace hoy estragos en la América hispana, incluso entre Obispos y buenos cristianos. Estima con razón la profesora Elvira Roca, en su Imperiofobia, que donde hoy es más creída esa pestífera Leyenda es en España y más aún en Hispanoamérica, «gracias» a la teología de la liberación y a su derivada teología indigenista.
Por otro lado, si se revisa el Índice de «Reforma o apostasía» en sus números (450-556), podrá comprobarse que de los 106 posts publicados hasta hoy, 75 tratan de la serie América, pero los otros 31 son puramente «palabras de luz y de verdad», como las añoradas por Feri del Carpio. Más aún: toda la serie Evangelización de América pretende iluminar los gloriosos principios de la fe en el Nuevo Mundo, la fuerza sobrehumana de la Iglesia para, por obra del Espíritu Santo, evangelizar y transformar en cristianas inmensas regiones e innumerables etnias. Son también «palabras de luz y de verdad», urgentemente necesarias para todos los católicos, especialmente los americanos, que tantas veces ignoran el milagro de sus orígenes, lo que tiene consecuencias muy negativas. Vean, por ejemplo, en relación al Sínodo del Amazonas –aunque no lo nombro– el (565) de mi blog, Así estaban, que hace el número 75 de la serie americana. Creo, con perdón, que da muchas «luces y verdades» que con gran frecuencia están ausentes o incluso negadas.
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–El P. Fortea, en su blog personal, publicaba hace poco el artículo «Señor, enséñame a guardar las cosas en mi corazón» (27.X.2019). Y en él, manifestando su aprecio por mí –lo que mucho le agradezco–, alude a mi «silencio» en ciertos temas. (Subrayados míos):
«Para mí el rito amazónico en los jardines vaticanos marca un antes y un después. Por supuesto que no es solo ese rito. Callar es lo mejor que puedo decir. ¿Qué es lo que puedo decir? Callar.
«Un sacerdote al que respeto profundamente, el padre Iraburu, es lo que lleva haciendo desde hace tiempo: callar. Su silencio habla.
«No critico a nadie, debo dedicarme a edificar».
Entiende el Pater que mi silencio –que, como ya hemos visto, no es tan silencioso– es elocuente. Pero si lee mi respuesta a Feri del Carpio, verá que la interpretación que él hace de su causa y de su significado no es exacta.
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Gracias, Bruno.
A Feri y al P. Fortea les envío un cordial saludo en Cristo.
Y a los lectores les ruego que me perdonen por este post de tema tan personal.
Ni trata de América, ni difunde «palabras de luz y de verdad».
José María Iraburu, sacerdote
Índice de Reforma o apostasía.