Este es el frontón de la Asamblea Nacional de Francia. Es muy bonito. En días pasados, miré frontones de distintos países. Desde el Congreso de Estados Unidos, Austria y otros lugares. El más bonito de todos me parece el frontón del Congreso de España. Tiene una composición y unas proporciones magistrales. Merece una mención honorable en su simplicidad el friso del Lincoln Memorial.
Y, desde luego, todo el programa iconográfico del edificio del Tribunal Supremo de Estados Unidos es admirable.
Aunque, como edificio, sin ninguna duda, el más impresionante es el edificio del parlamento británico. Obra de ese católico entusiasta que fue Pugin. El cual diseñó incluso el trono del monarca hasta en sus más pequeños detalles.
Pocas cosas pueden ser tan apasionantes como que te pidan que hagas el proyecto arquitectónico para la sede del parlamento de una nación.
Quizá escriba algo más esta noche después de cenar.
Quizá escriba algo más esta noche después de cenar.
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