Sois todos unos sádicos. Solo os alegráis de los posts en que critico a mi buena y santa madre. Con vosotros ocurre lo del dicho de que cría cuervos… Solo hay una cosa peor que vosotros y es una visita navideña de mi madre.
No sé si podría resistir esta ordalía sin la lectura diaria de Guía para afrontar visitas navideñas de una madre, obra de un canónigo alemán del siglo XIII que también era hijo único. Me conforta leer las páginas in folio, a doble columna, en un latín en el que mezcla muchas preposiciones germánicas.
Las iluminaciones son muy buenas porque el ilustrador hace un paralelismo con Job escuchando las recriminaciones de su persistente esposa. El autor debía estar muy quemado porque dedica quince iluminaciones al tema de Job y su esposa. Este canónigo acabó tirándose de la torre de la catedral. Otras fuentes sugieren que se dedicó a quemar brujas por toda Alemania.
Con razón que varios papas advierten del peligro de las visitas maternas a hijos únicos. Recordemos Timorem magnum de Paulo XXIII y Patientiam continuam de Lino II. Y me acuerdo del famoso sermón del Cura de Ars que comienza con aquel pomposo No los llevéis a la exacerbación…
Publicar un comentario