El amor a la vida, don de la comunidad cristiana a la familia humana en tiempos de coronavirus

La necesidad de un sentido radical para la vida humana.
Francisco al último católico en cualquier rincón del mundo, para ayudar a entender y sobrellevar las dolencias de la pandemia. Me quiero referir al esfuerzo de la Academia Pontificia de la Vida para aportar bases doctrinales a la reflexión de los creyentes en estos tiempos de dolor e incertidumbres.


Hace unos días, 

En la información general, se incluye una 

“La comunidad cristiana puede ayudar en primer lugar a interpretar la crisis no solo como un hecho organizativo, que puede superarse mejorando la eficiencia. Es una cuestión de comprender más profundamente que la incertidumbre y la fragilidad son dimensiones constitutivas de la condición humana. Este límite debe respetarse y tenerse en cuenta en cada proyecto de desarrollo, cuidando la vulnerabilidad de los demás, porque nos confiamos el uno al otro. Es una conversión que pide incluir y elaborar existencial y socialmente la experiencia de la pérdida. Solo a partir de esta conciencia será posible involucrar la conciencia y un cambio que nos haga responsables y solidarios en una fraternidad global”.

Como se repite desde tantas instancias, no se puede perder la oportunidad de poner en marcha, no meros ajustes organizativos, sino nuevos modelos de desarrollo y convivencia, que estén cada vez más en consonancia con la dignidad humana, tan amenazada en muchos aspectos antes de la expansión cósmica de la pandemia. Así, el reciente acuerdo alcanzado por los líderes de la Unión Europea puede quedarse en simple “salida”, o ser el comienzo de un replanteamiento a fondo de las raíces comunitarias. No es cuestión de números, sino de ideas.

Es útil efectivamente la lectura de este segundo informe de la Academia Pontificia para la Vida desde que comenzó la crisis. Se inscribe en la estela de 

Desde el arranque, sitúa el misterio de la vida en sus auténticas raíces: “La comunidad humana ha sido el sueño de Dios desde antes de la creación del mundo (cf. 

No se podrá construir un nuevo planeta si se olvida o se pone entre paréntesis la “pasión de Dios por la criatura humana y su mundo. Dios la hizo a su ‘imagen’ −‘varón y mujer’, los creó (cf. 

En nuestro tiempo, la Iglesia está llamada a relanzar vigorosamente el humanismo de la vida que surge de esta pasión de Dios por la criatura humana. El compromiso para comprender, promover y defender la vida de todo ser humano toma su impulso de este amor incondicional de Dios. La belleza y el atractivo del Evangelio nos muestran que el amor al prójimo no se reduce a la aplicación de unos criterios de conveniencia económica y política o a ‘algunos acentos doctrinales o morales que proceden de determinadas opciones ideológicas’ (Exhort. ap. 

Basten estas citas para comprender la necesidad de un sentido radical para la vida humana. En la estela de sus predecesores, especialmente la encíclica 

Salvador Bernal,
en religionconfidencial.com

02:42

Publicar un comentario

[facebook][blogger]

SacerdotesCatolicos

{facebook#https://www.facebook.com/pg/sacerdotes.catolicos.evangelizando} {twitter#https://twitter.com/ofsmexico} {google-plus#https://plus.google.com/+SacerdotesCatolicos} {pinterest#} {youtube#https://www.youtube.com/channel/UCfnrkUkpqrCpGFluxeM6-LA} {instagram#}

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets