Sí. Teólogo de la liberación, defensor de los oprimidos por los sistemas políticos injustos, cantor de la democracia y la libertad, adalid de la toleranca y defensor de las causas perdidas de la justicia, la convivencia, el respeto y la fraternidad.
Teólogo de la liberación con la opción no contaminante. Es decir, que mi grito de libertad no necesita que me haga catorce horas de avión y tres de canoa a motor. Tampoco congresos multitudinarios ni comisiones pro derechos humanos, tan torcidos generalmente. Servidor, teólogo de la liberación por lo pobre, sin más contaminante que el coche de pueblo en pueblo, un poquito de coltán en el móvil, un ordenador y leña cortada a la antigua para calentar mi casa, que para nada necesito combustibles fósiles.
Teólogo de la liberación tan atípico que he decidido denunciar la opresión no en Hispanoamérica, que es la moda, tampoco en Cuba, Bolivia o Venezuela, que, curiosamente, no tienen teólogo que las defienda. Tampoco me voy a meter con los amazónicos para bien o para mal. Quiero ser teólogo de la liberación en España y denuciar no solo la pobreza, que haberla hayla, sino sobre todo la opresión politica, la falta de libertades, la chulería gubernamental y las aguantaderas de los pobres ciudadanos.
DENUNCIO:
- Que esté mal visto y proximamente sea delito cantar, por ejemplo, el Cara al sol, mientras que uno libremente pueda cantar la Internacional, a pesar de que el comunismo haya dejado más de cien millones de muertos en el siglo XX.
- Que es incomprensible que la ley de memoria histórica (o histérica) mire con lupa todo lo que supuestamente huela o aluda, por mínimamente que sea, a Franco y el franquismo, mientras seguimos viendo calles, homenajes y estatuas a Largo Caballero, Carrillo o la Pasionaria.
- Que una bandera bicolor, la de España desde Carlos III, con el escudo de los reyes católicos, el mismo que encabeza nuestra constitución, sea ofensiva mientras se puede pasear tranquilamente con la republicana.
- Que se coloque en el balcón de la Generalidad de Cataluña una pancarta pidiendo libertad de expresión a la vez que se multa a la tienda de enfrente por rotular su comercio en español.
- Que nuestros políticos se vuelquen con los musulmanes en ramadán mientras no tienen ni siquiera un saludo para los católicos en Navidad, cuaresma o semana santa.
- Que ser hombre heterosexual te convierta en especialmente sospechoso ante determinados delitos.
- Que se nos persiga en todos los medios de comunicación a los católicos por exponer la doctrina de la Iglesia en determinados temas, mientras que el Islam goza de todos los respetos.
- Que constantemente se nos amenace a los católicos con revisar acuerdos iglesia-estado y retirar cualquier tipo de beneficio fiscal, como por otra parte tienen partidos políticos, sindicatos y organizaciones, mientras se reparten subvenciones a todo bicho viviente y por las cosas más incomprensibles.
- Que los medios de comunicación hablen siempre de partidos de derecha y extrema derecha, y luego partidos de izquierda, pero nunca de extrema izquierda.
Esto para ir abriendo boca.
Mucha gente ya lo está diciendo: mucha democracia, mucha gaita, pero menos libertades que hace años. Hay que hacer algo: viva la teología de la liberación en la España de hoy.
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