Hace unos días, estando de vacaciones, me hicieron llegar la noticia de que José Manuel Vidal, en Religión Digital, daba los nombres de los parece ser, para él, grandes conspiradores anti-Francisco.
Dispuesto estaba un servidor a encontrarse con nombres de cardenales, obispos, grandes empresarios, presidentes de medios de comunicación, catedráticos, tertulianos de pro, asesores de postín, eclesiásticos de reconocidas influencias, religiosos leídos y escribidos… Qué menos.
Pues mi gozo en un pozo. Que no. Que los grandes dinamitadores del pontificado actual somos, entre otros, Santiago Martín, Francisco José Fernández de la Cigoña, Gabriel Ariza, Luis Fernando Pérez, José Luis Aberasturi y un servidor de ustedes.
Me imagino la cara del papa Francisco:
- Santidad, que en España hemos descubierto un complot contra su ministerio, una cosa gravísima.
- ¿Hay nombres?
- Sí, santidad: Santiago Martín, Francisco José Fernández de la Cigoña, Gabriel Ariza, Luis Fernando Pérez y Jorge González Guadalix, aunque parece que éste, según informaciones recogidas de “La Caverna”, va ayudado por su perro “Socio”.
- ¿Y estos, quiénes son?
- El tal de la Cigoña un laico que se aproxima a los ochenta años, el Aberasturi un sacerdote de la prelatura jubilado, el del perro Socio es un cura de Madrid que va teniendo sus añitos y anda de párroco en tres pueblos de la sierra que deben andar, entre los tres, en los cuatrocientos habitantes…
- Yo creía que la cosa era más seria…
Ya en serio. Claro que hay un complot no sé si contra Francisco o contra la Iglesia católica, pero que se cocina y posiblemente se servirá desde altas ollas curiales. Complot gravísimo es que los alemanes, en sínodo, pretendan debatir cosas como el sacerdocio de la mujer o replantear el sexto mandamiento. Complot lo que pueda salir del sínodo amazónico, cuando nos están diciendo que Cristo no es el camino, la verdad y la vida, sino un camino… uno más. Porque, claro, si Cristo es una verdad más… ya podemos cerrar el chiringuito y sacar del santoral a san Francisco Javier por proselitista y a san Francisco a secas por tratar de convencer al sultán de la grandeza de la fe cristiana.
Lo único positivo de la supuesta denuncia de Vidal es reconocer que hoy un post en internet tiene más repercusión y más lectores que la carta semanal de cualquier obispo. Por otra parte, Vidal está mandando un recadito a los obispos, especialmente al de Madrid: que sepa usted, don Carlos, que tiene en la diócesis dos curas muy peligrosos: Santiago Martín y Jorge González Guadalix. Y no digo más…
Ni falta que hace. Sigo durmiendo estupendamente, y me dicen que los demás también o mejor.
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