"Piensa como los sabios, pero habla como la gente sencilla". Genial consejo de Aristóteles, hombre sabe como pocos, indagador incansable de la realidad, pero, como buen maestro, consciente de la dificultad a la hora de comunicar los conocimientos.
Nuestro pensamiento debe ser lo más elaborado posible, estudiando las causas de la realidad, analizando críticamente todas las opiniones, sabiendo prever las consecuencias, no dejándose llevar por sofismas o razonamientos engañosos. Pero a la hora de escribir o hablar el mérito está en que nos pueda entender la gente más sencilla.
A la hora de pensar hemos de perfeccionar al máximo nuestras ideas, pero a la hora de escribir o hablar es fundamental ponernos en la situación de quien nos escucha, para hacernos entender. Esta combinación de altura de pensamiento y claridad de expresión siempre será necesaria
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