Que conste que a mí me gustan más los perros.
Pero reconozco que los gatos son más graciosos para Internet. Internet parece creado para lucimiento de estos seres egoístas.
Pongo esta foto graciosa, porque la historia de abajo ya es suficientemente triste. No prejuzgo la falsedad del único acusador de Pell. Por supuesto que no. No he estado en el juicio. Pero, para mí, sigue siendo inocente el arzobispo.
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