Impresionante testimonio de mi amigo Javier Contreras, párroco de Madrid, apuñalado por un desequilibrado, le perdona y... a las pocas horas, recosido con muchos puntos, de nuevo en la parroquia volcado con sus fieles. Todo un ejemplo sacerdotal de valentía, confianza en Dios, perdón y caridad desbordante.
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